Estaba esta tarde viendo despedirse al sol por el horizonte y creo que mi mente me ha jugado una mala pasada. De repente he dejado de apoyar los pies en el suelo y he imaginado que aquel mar no era más que un decorado de cartón-piedra, que el barco era atrezzo de una película de serie C y en cualquier momento alguien iba a gritar "¡corten!", se iban a apagar los focos y este viaje no resultaría ser más que una ficción. La broma de un programa de humor televisivo con muchos medios. Que me iba a despertar un 25 de agosto de 2007 y nada de esta pesadilla sería cierto. Sería eso, una pesadilla que al llegar la mañana se desvanece con los fantasmas por debajo de la puerta.
Pero se ha cagado una gaviota junto a mi mano y entonces mis ojos han visto de nuevo la realidad.
De Oliveira siguen hablando y hablarán. A la mitad de las ratas que siguen vagando por nuestras bodegas, los marinos de a real la semana no les quieren ver ya más por aquí. Comiendo y bebiendo y sin una sola llaga en las manos. El veterano pirata Ayala sabe manejarse y evitar motines, los años te hacen manejar la sinceridad como la mejor defensa. Sin embargo, esa misma sinceridad mal medida cuando tienes pocos años a veces resulta insultante, ¿verdad, Sergio?. Por pequeño y misero que sea no olvideis nunca ninguno que este barco ha hecho que os mantuvieseis a flote sobre las aguas sin ahogaros. Suficiente.
Ojalá fuese una pesadilla.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Diario de a bordo. Día 9º.
Publica Mari A las 0:11:00
Etiquetas: Diario de a bordo, Real Zaragoza
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