Una ligera brisa levantó ayer la moral de los tripulates. Desde la radio del camarote oímos que nuestro compañero Ricardo Oliveira, marino de raza nacido en Sao Paulo, va a ser uno de los nuestros. Su fútbol puede ayudarnos aquí o dónde sea que vaya. Lo cierto es que su honestidad y puesta a disposición de la comandancia del barco, nos ha hecho mantener un segundo de silencio orgulloso, aunque no nos ha sorprendido.
Por lo demás, no hay novedades. Seguimos pasando las eternas noches en la cubierta, viendo los fuegos fatuos que lucen entre los acantilados.
Hoy estamos un poquito más alejados de la costa. No lo suficiente para olvidar el hogar, suficiente para no querer estar aquí.
domingo, 25 de mayo de 2008
Diario de a bordo. Día 6º.
Publica Mari A las 1:04:00
Etiquetas: cracks del mundo, Diario de a bordo, Real Zaragoza
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