Seguimos a la espera de que el viento empiece a soplar con fuerza a nuestro favor.
Hoy, el armador del navío, ha dicho publicamente que no hará falta prescindir de ninguno de los nuestros para esta travesía. Claro, el habla desde tierra, nosotros estamos aquí, en medio de ninguna parte tratando de parar a los que quieren saltar por la borda.
Creo que hoy es el primer día en que se han empezado a sentir los mareos de rigor en alta mar. Tanto tiempo en tierra firme, tanto tiempo en casa, había desacostumbrado a nuestros estómagos y las primeras marejadillas de la madrugada han hecho estragos.
Antiguos compañeros nuestros ahora arriban a nuevos buques, Piqué, el joven brumetillo Gerard, se enrola en el Barça. Lo echamos tanto de menos, pero debemos aceptar que ya nunca volverá, al menos para este viaje.
No se si los petates de mis compañeros, ni siquiera se si el mio propio, están bien pertrechados para lo que nos espera. Fue todo tan rápido, tan inesperado. Eso sí, ninguno hemos olvidado nuestra bufanda y nuestra camiseta. Y ahí, izada en el palo mayor, nuestra bandera, nunca arriada ni en la peor de las tempestades...
martes, 20 de mayo de 2008
Diario de a bordo. Día 2º
Publica Mari A las 22:13:00
Etiquetas: Diario de a bordo, Real Zaragoza
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