viernes, 9 de mayo de 2008

Con las puntas de nervios.

Que sí, que sí, que como bien se puede comprobar no he conseguido dejarlo, de hecho creo que ni la mejor clínica de desintoxicación de L. A. lo lograría. Amy Winehouse tiene menos adicción a las sustancias prohibidas que yo al fútbol.

Santa Maradona de todos los suplicios, ¡qué larga se me está haciendo la Liga!. Será para compersar en términos cronológicos lo cortas que fueron tanto la Copa de S. M. como la UEFA Cup's.

He intentado la esterilización sentimental, pretendiendo hacer un lugar idílico en mi mente donde ni el fútbol ni el Real Zaragoza tuviesen cabida. He derrochado mi dinero en libro de autoayuda para controlar la mente y la asertividad afectiva... y entonces llega Ayala y a la porra autocontrol, sugestión, autoconocimiento del yo interno y las técnicas para llegar a fin de mes con 500 euros y poder ir de vacaciones a Kamtchatka con T. I..

Que no le quedan pilas a la calculadora no es un eufemismo, es real como la vida misma. Así que he decidido echarla al fondo del cajón y olvidarme de ella, ¿para qué? si llevamos desde el roscón de Reyes sumando, restando, multiplicando y dividiendo, que esto parece el "Carrefus" a las diez de la noche... sí, sí, no pongais esa cara, no cuadra ni una... como las cuentas del Zaragoza, exactamente igual.

Pero que quede claro que yo lo he intentado. Me apunté a un curso de pintura al natural, pero el día que usé todos los botes de azul para hacer una pancarta en plan "Zaragoza no se rinde", en lugar de para pintar al espectacular efebo que la profesora había contratado para el posado, pues fui amablemente invitada a abandonar las clases. Me lance a la lectura compulsiva de Maitena, Lucía Etxebarría y Zoe Valdés, en busca de la femenidad perdida, pero cuando me sorprendí a mi misma con las hojas del As escondidas entre las páginas del libro... no merecía la pena seguir fingiendo: lo que hay entre la "L" de Lope de Vega y la "N" de Neruda no es la "M" de Marsé, es la de Marca, guía.

Si la camiseta más cara que tengo en mi vestidor no es de Calvin Klein, es de Adidas y lleva el 22 a la espalda.

El otro día pensaba en lo bonito que es ganar una final, también lo doloroso que es llegar hasta allí y quedarte a un pasito de la línea de meta. Yo he vivido todo eso, y os aseguro que desearía estar en Madrid y que fuese 12 abril de 2006 antes que tener que pasar por la situación actual. En las finales hay red para amortiguar la caida, aquí, al fondo, hay un foso lleno de hienas, víboras, ratas, gusanos y olor a huevos podridos.

No me quedan uñas y llevo semanas sin dormir. Me levanto sobresaltada pensando que no llego a tiempo al partido, un sudor frío me recorre la espalda convencida de que la liga ya ha terminado y tengo que pasar la hoja del diario para ver lo que finalmente a pasado, ahora se lo que sentían los "quintos" cuando les llegaba la carta de la mili.

O acaba la Liga o acabo yo, pero en esta ciudad no hay sitio para las dos...

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La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez