Han rechinado las maderas de toda la embarcación como cuando abres la puerta de una casa abandonada hace décadas.
La alegría con la que recibimos anoche el bienvenido aire no ha decaído hoy. Desde primera hora de la mañana nadie paraba quieto ni un instante y todo ha sido tremendo bullizo cuando el armador y el General nos han presentado a nuestro nuevo Comandante, se llama Marcelino y viene de las tierras del norte para poner el mejor rumbo posible a este desproposito de naufragio.
Andan todos de cubierta a camarotes buscando azicalarse, limpiar las camisas y mesar los mechones de pelo grasientos para causar buena impresión al recién llegado. Entre el polvo y las telarañas hemos encontrado un barril de cerveza y alguien ha descubierto una guitarra a la que le faltaban dos cuerdas, un muchacho ha empezado a entonar canciones de piratas de las que todos conocemos.
Nos hemos puesto a festejar, ¿por qué? porque sí, porque el infierno quema menos con la sonrisa de un amigo. Mañana será otro día.
jueves, 29 de mayo de 2008
Diario de a bordo. Día 11º.
Publica Mari A las 22:38:00
Etiquetas: Diario de a bordo, Real Zaragoza
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