Otro día más sin mucho que contar. Aunque se notan flojear los ánimos. Todavía no ha aparecido ninguno de los que soltaron las amarras, pero todos intuimos que son los que pululan por las bodegas del barco.
Uno de esos días que no apetece levantarse, o deseas amanecer ciego, sordo y mudo para no atender a según qué cosas. La falta de fe y el nihilismo acuciante de algunos que no se qué verdad tratan de encontrar están apunto de causar un motín a bordo. No entienden que solo nos tenemos a nosotros mismos y que perder el esfuerzo en pelearnos no sirve si no para perder el rumbo de vez en cuando. Y todavía no tenemos timonel experto que nos conduzca. Creo que sería mejor dejar las rencillas y cooperar, compartir unos cuantos tragos de ron no nos vendría mal.
Antes que nosotros nuestros padres y antes que ellos nuestros abuelos y antes los abuelos de nuestros padres surcaron estos mares, mantuvieron el barco a flote y lo llevaron a los mejores puertos. Nosotros hemos perdido a nuestra "Perla" pero la recuperaremos pronto, tenemos un legado que siempre nos ha levantado en mitad de inmensos desiertos, una conciencia de ser, sólo tenemos que encontrar la brújula que nos lleve a lo que más queremos.
viernes, 23 de mayo de 2008
Diario de a bordo. Día 4º.
Publica Mari A las 0:08:00
Etiquetas: Diario de a bordo, Real Zaragoza
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