Gracias papá y mamá por traerme al mundo en esta ciudad.

Hay muchas circunstancias en la vida que nos hacen elegir entre distintas opciones. A veces nos equivocamos, otras dudas, otras acertamos.

La causalidad, que no la casualidad, crea extraños "efectos mariposa" en ocasiones.

Mi vida es un maravilloso "efecto mariposa": Papá vino un 5 marzo hace más de treinta años desde muy lejos. Fue a reformar una casa de un pueblo de la ribera de la Huerva. Allí conoció a mamá. Se casaron. Se fueron a vivir a una casa alquilada de un barrio del sur de Zaragoza. Nació mi hermano. Compraron el piso de abajo. Nací yo un domingo a la 17'30h junto a un estadio de fútbol. El Real Zaragoza estaba jugando justo entonces contra el Valladolid. Mi casa estaba en el barrio de al lado de un estadio de fútbol. Mi padre trató que fuese del Madrid, su equipo. Mi hermano tenía un balón de fútbol y Ruben Sosa una zurda maravillosa. Mi parvulario estaba a dos calles de ese estadio. Mi colegio a una calle. El 11 de mayo de 1995 toqué con mis propias manos la Copa de campeones de Copa. Mi hermano tenía un abono. Yo quería un abono. Mi hermano dejó su abono y a mi en en la grada. Mi instituto está en la acera de enfrente de ese estadio. Allí conocí a Laura. La Facultad también está a apenas 10 minutos de la puerta 29 del estadio. Allí tenía mi abono. Laura conoció a Quique. Quique es de y del Madrid y se hizo una fila de 12 horas conmigo para ir a Montjuic. Subieron los precios. Me fui con Laura y Quique a la 24. Quique es del Madrid. Laura y yo no pudimos celebrar los 6 del 8 de febrero. Quique tenía un amigo que a su vez tenía otro amigo. Conocí al amigo... Y el resto es historia...

Ahora sólo puedo decir que gracias papá y mamá por hacer que naciese en esta ciudad. Gracias por permitirme vivir noches como la de ayer... Gracias por parirme zaragocista.