Nuestro primer mes en alta mar. Hace exactamente un mes que se hizo de noche, se cerraron la nuebes y ni la luna llena ha reflejado delante de nosotros desde entonces. Escasos minutos hemos visto los rayos del sol y cuando lo hacía abrasaba la piel como en el desierto.
Pero poco a poco vemos como se van disipando los nubarrones y la brisa aligera el calor. Oímos rumores de gente joven a la que esperamos impacientes. Impacientes y con un sentimiento de pérdida a la vez por los compañeros que se irán. Nunca entendí vuestra guerra pero participé de ella y crecí con vosotros, os echaré de menos aunque nadie en este mundo comprenda por qué no os quiero perder.
Y llegará Sergio Asenjo para trabajar en el polvorín, pero nada será lo mismo, nada igual que con la generación que se escapa hoy por la puerta de atrás. Mi generación, esa que dicen que ya está mayor y cuando lo oyes te caen los años encima aplastándote los hombros y clavándote los pies en el suelo.
jueves, 19 de junio de 2008
Diario de a bordo. Días 29º, 30º y 31º.
Publica Mari A las 9:04:00
Etiquetas: depre, Diario de a bordo, Real Zaragoza
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1 comentario:
Adaptando las palabras de Calamaro...
me parece que soy
de la quinta que vió
el mundial ochentidooohh...
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