Qué bonita fue la primera victoria. Aquella noche en Heliópolis a la sombra de las palmeras. Gay con sus cinco defensas. Pepe Mel con su Emana venga a correr. Porque hay que ver cómo correr estos chicos de Segunda División. Corren por la derecha, corren por la izquierda, corren por el centro. Y encima llevan el balón pegado a los pies. Aquel día ganamos de penalty, lo marcó Gabi, cómo no.
Normalmente, cuando en una eliminatoria, de Copa, a doble partido, contra un equipo de inferior categoría, tienes la suerte de conseguir un resultado positivo en campo visitante y el partido de vuelta es en tu feudo, habitualmente cuando estas circunstancias convergen, quiere decir que tienes grades posibilidades de pasar al siguiente nivel. Si además ese equipo está en pleno proceso de alzamiento psicológico porque los resultados empiezan a ser positivos, la lógica indica que el partido de vuelta, del minuto 90 al 180, deben ser una fiesta de reconciliación entre los elementos sociales de un club de fútbol. A saber: jugadores, cuerpo técnico, aficionados y directiva. En el caso del Real Zaragoza, la comunión con el último de esa lista parece ya imposible, pero los otros tres deberían haber vivido hoy una noche de satisfacción.
Pero ya sabemos de sobras que lo de este equipo no es la lógica. Si Freud se reencarnase pediría hacerlo en la maternidad del Miguel Servet.
¿Qué se puede decir de la pantomima que hemos vivido hoy en la Romareda?. Que se estrenaba Boutahar, que salía Edmilson pero en lugar de en la defensa se ha puesto por delante de ella, que no sabemos por qué hoy hemos jugado 442, con defensa adelantada y en línea, que Diogo y Ponzio han hecho por momentos el ridículo intentando frenar a los extremos del Betis, que Rubén Castro parecía Messi, que Pepe Mel ha tirado de cantera y Gay de Pínter. No hay ninguna razón que explique porque el equipo no ha salido a dormir el partido y cerrar atrás por encima de todas las cosas para tratar de mantener viva la única ilusión que nos quedaba a los aficionados.
Está bien consolarse pensando que la Copa es un estorbo, pero lo cierto es que una parte de nuestra historia que nos duele muy dentro cada vez que nos la niegan. Hoy nos la han negado unos jugadores completamente pasivos y desconcertados y un cuerpo técnico inepto, incapaz de ofrecer variantes tácticas solventes.
El circo empezó pronto, cuando todos creíamos que Iturralde González había pitado una falta a nuestro favor en el medio campo bético. Craso error. Que la grada dude es comprensible, que los jugadores no tengan la tensión suficiente para estar atentos en esa jugada es imperdonable, que de un sólo pase un jugador se quede solo a la espalda de Doblas es improbable y que Contini puntee el balón en línea de gol es surrealista.
Gay le enseñó la pizarra a Gabi en el cambio de Ander por lesión. El técnico madrileño debe de ser de los que nadie quiere de compañero en el Pictionary. Empató Jarosik de cabeza, pero antes del descanso Rubén Castro se llevó la recompensa justa por su juego. 1-2. Fuera de la Copa en 45 minutos.
El Betis con un equipo donde reservó jugadores, movió a su antojo lo que quedaba de encuentro. El Real Zaragoza sólo ensayó los disparos desde lejos pero Casto seguro que para el domingo no tiene que cambiarse de guantes, los tiene a estrenar. Daba igual Braulio y Lafita que Braulio, Marco Pérez y Lafita. En los últimos minutos intentamos tirar de orgullo, pero para tener orgullo hay que tener dignidad y la actitud del equipo esta noche ha sido totalmente indigna. Indigna del Real Zaragoza. Ni la media decena de saques de esquina jaleados con fuerza por los aficionados han valido para equilibrar la contienda. Un solo gol hacía falta para cambiar frustración por ilusión. Imposible. El concepto como pollos sin cabeza es el que más se ajusta a lo que se ha visto hoy en el Municipal.
Se acabó. Adiós un año más. Y van cuatro consecutivos.
Ficha del partido (as.com):
R. Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Edmilson (Pinter, min.62), Contini, Ponzio; Bertolo, Gabi, Boutahar (Marco Pérez, min.76); Ander Herrera (Lafita, min.31) y Braulio.
R. Betis: Casto; Miguel Lopes, Belenguer, Dorado, Nacho; Israel (Juande, min.86), Iriney, Arzu, Salva Sevilla (Beñat, min.70); Rubén Castro y Jorge Molina (Ezequiel, min.78).
Goles: 0-1. min.12. Contini (propia puerta); 1-1. min.15. Jarosik; 1-2. min.36. Rubén Castro;
Árbitro: Iturralde González, del C. Vasco. Amonestó con tarjeta amarilla a Ponzio y Contini, del Real Zaragoza, y a Belenguer, del Real Betis.
Incidencias: partido correspondiente a la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 11.000 espectadores.
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