Real Zaragoza 2 - Málaga C.F. 0. La moneda cayó por el lado de la victoria

Ayer tocaba cara, parar la noria y disfrutar de la claridad del horizonte, a pesar del frío y la lluvia. Da gusto sentarse en la Romareda ultimamente y ofusca tremendamente cerciorarse que no era un problema tanto de calidad como de actitud. Como diría Peret: "no estaba muerto, que estaba de parranda", porque está claro que viendo jugar, hilar fútbol a este Real Zaragoza, con nosotros se equivocaron de muerto. Si algo nos gusta de este refundado Real Zaragoza es que ya no nos tiemblan las piernas cuando nos regalan la iniciativa y esos nos hace más fuertes, más adultos, más maduros. Por ahí puede que encontremos nuestro particular camino a la salvación.

El Málaga C.F. es un equipo rocoso, feo, trabado, que junta la defensa con el centro de campo ahogando los espacios destinados a la creación. Con este planteamiento Ander Herrera no tuvo opciones de juego, pero imagino que Muñiz no contaba con la fabulosa labor de la banda derecha zaragocista, Diogo y Eliseu, que una y otra vez rompieron las filas malacitas, tampoco imaginó en su pizarra la elegacia de Edmilson y esa manía suya de ponerle un metrónomo al partido. Mientras, en la retaguardia ninguna novedad; Matteo Contini sigue aplacando las ansias goleadoras de nuestros contricantes, Jiri Jarosik -una vez engrasado y ajustado- mantiene un nivel excelente y Roberto es el mayor acierto de todas las variantes tácticas introducidas por José Aurelio.

Todavía no entendemos muy bien a qué vino el Málaga a Zaragoza, deducimos que a por el cuarto empate de la temporada, de otra manera es inexplicable que en los estertores de la primera parte el equipo boquerón se pusiese a perder el tiempo, a aguantar el balón en el corner en lugar de buscar el contrataque para Baha o Valdo, su única opción de construcción puesto que habían renunciado a la pelota desde el minuto cero. Sin embargo, la justicia karmica sacó la balanza y tocó el hombro de Leonardo Ponzio para que la equilibrase, derechazo desde la frontal, limpieza de telerañas, abrazos, alboroto y para el vestuario a descansar.

La solidez maña sólo flaqueó en los primeros instantes de la segunda mitad. Intentó asustar el Málaga con la entrada de Luque, pero ni Jarosik ni Contini tenían ganas de juegos bajo el agua. En pocos minutos el Zaragoza se recompuso, se reordenó, ajustó de nuevo la maquinaria y volvió al trabajo laborioso y precioso en que consiste armar el ataque zaragocista. En esta ocasión había premio, paga extra para los currantes, y el coraje de Javier Arizmendi, su entrega a la causa, junto con las virtudes de Humberto "el chupete" Suazo, se materializaron en la jugada del segundo gol, en el minuto 76, cuando Arizmendi convirtió un pase en largo de Abel Aguilar en una milimetrada asistencia de cabeza para el chileno que la reventó con ganas, con muchas ganas, contra la red. Por fin gritó el 9 en casa.

Así acabaría la tarde, con un cambio de cromos en las sustituciones de Gay, con una discutible pitada a Jorge López y con un cambio de posiciones en la clasificación. Ahora dejamos a la racanería del Málaga guardando las puertas del Averno en el que se hunden Tenerife, Valladolid y Xerez, nosotros ya hemos cumplido por este año o eso deseamos.

La semana que viene huele a humo de bengala, a sudor y cerveza; suena a gargantas afónicas y promesas de venganza. Volvemos a "el Sadar" -Reino de Navarra-, al derbi, al de verdad, al de la primera división.

Ficha del partido:

Zaragoza: Roberto; Diogo, Jarosik, Contini, Ponzio; Edmilson, Gabi, Eliseu, Herrera (Abel Aguilar, min.74), Arizmendi (Colunga, min.81); y Suazo (Jorge López, min.88).

Málaga: Munúa; Gámez, Juanito, Iván González, Manu Torres (Luque, min.54); Valdo, Toribio (Edu Ramos, min.64), Apoño, Duda; Baha y Fernando (Juanmi, min.54).

Goles: 1-0. Min.45, Ponzio; 2-0. Min.76, Suazo.

Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó con cartulina amarilla por los malagueños a Toribio, Juanito, Baha y Gámez y por los zaragozanos a Eliseu, Diogo y Suazo

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima jornada de Primera División disputado en el estadio de La Romareda ante nos veintidós mil espectadores en tarde fresca y lluviosa, y con terreno de juego rápido en buen estado.

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