Tiempo de incertidumbre.

Cuánto daría por un gramo de aquella inocencia de hace años. Los años que se fueron y que ya no van a volver, los que he perdido frente a un campo verde y bajo un cielo azul al que rogar.

Hay nuebes que tapan hoy mi cielo, ese cielo cartulina mentiroso y traidor que me espera a la vuelta de cada viaje.

A todo renunciaría por volver a tener un sol quemando mi cara en las tardes de domingo y a nada diría que no por volver a confiar.

No hay suficientes piedras en el camino como para detenernos y cada paso se da más fuerte que el anterior. El dolor de las llagas se hace habitual y el polvo va tapando las cicatrices. Y así paso a paso, seguimos, hasta la siguiente encrucijada.