martes, 25 de enero de 2011

Real Zaragoza 1 - Deportivo de la Coruña 0. Un sorbito de tranquilidad.

Cuando un partido se resuelve en con un libre directo y de rebote es indicativo del gran nivel futbolístico de los contendientes. Entiéndase el sarcasmo.

A la salida de los equipos, gran parte del público de la Romareda, reclamó con sus cartulinas aurinegras la salida de Agapito Iglesias de la presidencia y de la gerencia del Real Zaragoza. Ese colorido en la grada fue lo más parecido a un espectáculo, diversión o entretenimiento que se vio ayer por la tarde en el estadio zaragozano. Los minutos eran de 90 segundos mientras veíamos cómo el benevolente sol se iba escondiendo y el frío daba sentido a guantes, gorros, mantas y bufandas que amortiguaban palmas y gritos de ánimo.

La disposición del Deportivo de la Coruña de Miguel Ángel Lotina, ultradefensivo en cuerpo y alma, hizo que Javier Aguirre replantease su esquema, seguramente en busca de una victoria más desahogada. Del habitual 4141, se recompuso en un clásico 442 con la entrada de Braulio acompañando en el ataque a Sinama Pongolle. Desesperante cómo una y otra vez los dos jugadores se estorbaban y ocupaban el mismo espacio. Ni Boutahar, ni Ander Herrera encontraron la conexión con los delanteros ni con ellos mismos. Pero como el Depor es incluso más romo que el Real Zaragoza, los siglos iban pasando sin mayor transcendencia hasta que el holandés Said Boutahar ejecutó un saque de falta que rozó lo suficiente en la barrera como para despistar a Aranzubía. 1-0, cierre y despedida.

En la segunda parte, los cambios y el cansancio abrieron las opciones. Para el Deportivo el mayor peligro durante todo el partido fue la banda de Manuel Pablo y no por mérito sublime del deportivista, más bien por desidia de Carlos Diogo. Lento, descolocado, retrasado en la posición, falto de intencionalidad, en resumen, el uruguayo no está en su mejor momento. Y más se le notó ayer, cuando el resto de sus compañeros de la parte de atrás estuvieron en una tónica positiva y muy esperanzadora. Jarosik fue contundente sacando los balones altos, Contini volvió a ser el italiano expeditivo que cautivo a la Romareda hace un año, Obradovic a pesar del tiempo que llevaba sin ser parte del once inicial, se acomodó bien y mostró su faceta de lateral ofensivo. Por último, Ponzio, se reivindicó como lo que siempre fue y de lo que nunca jugó, un “cinco”, argentino de nacimiento, “stopper” europeo de adopción. Claro, lo de siempre, ahora a todos estos parabienes hay que aplicarles la ley de la relatividad: la defensa destacó contra un equipo sin dientes, que vive del contragolpe y cuyo centro de campo ayer no tuvo su mejor día con la notable ausencia de implicación de Juan Rodríguez. Sin duda, el partido de ayer se decidió en la medular y parece ser que la rasmia de Gabi, ese muchacho con el don de la ubicuidad, siempre está ahí, y la superioridad numérica en la línea fueron suficientes para frenar a este Depor.

Quien a hierro mata a hierro muere. Apunto de sentenciar estuvo el Real Zaragoza en dos claros contragolpes en los minutos finales del encuentro. Uno, un cuatro para tres –portero incluido- que se perdió en los pies de Braulio, otro un mano a mano de Braulio con Aranzubía, muy lejos del área, que desperdició una vez más el canario. Pero la tranquilidad no se hizo para maños, somos más de diazepam intravenoso, de hecho, se comenta que el refuerzo de invierno va a ser una UVI móvil de la Cruz Roja con desfibrilador de última generación. Sufrir hasta la extenuación y luego seguir sufriendo.

Hemos ganado nueve de los últimos doce puntos, un parcial fantástico que sólo nos sirve para tomarnos un mínimo respiro. Un vaso de agua, 25 cl de líquido en mitad del Sahara y a seguir andando. Los próximos siete días viviremos fuera de los puestos de descenso, esperando a los que tienen que venir, a los que las tienen que poner y a los que se tienen que ir. Siete días de vigilia.

Ficha partido:

Real Zaragoza: Leo Franco, Diogo, Contini, Jarosik, Obradovic, Ponzio, Gabi, Ander (Jorge López, min. 82), S. Boutahar (Lafita, min. 67), Braulio y Sinama. P (Nico Bertolo, min. 51).
RC Deportivo de La Coruña: Aranzubia, Manuel Pablo (Seoane, min. 77), Aythami, Lopo, Colotto, Laure, Rubén, Antonio Tomás, Juan Rodríguez (Pablo Álvarez, min. 63), Lassad (Valerón, min. 70) y Adrián.
Goles: 1-0, Boutahar (min. 38).
Árbitro: David Fernández Borbalán (comité andaluz). Amonestó por el Real Zaragoza a Ander (min. 18), Obradovic (min. 52), Contini (min. 89) y Ponzio (min. 90). Por el Deportivo a Rubén (min. 77) y Laure (min. 90).

lunes, 17 de enero de 2011

Real Zaragoza 1 - Levante 0. El club de los poetas muertos.

Muchos años ya desde que se estrenó esta película, pero hoy toca coger la silla, subirse bien alto y gritar a pulmón abierto: ¡Oh, capitán, mi capitán!. Qué sería de nuestros apenados corazones sin nuestro capitán. El muchacho de número insignificante, poquita cosa sobre el verde, algo torpe con el balón y descolocado sin él, pero con ganas de arrancar a bocados las hojas de los crónicas que cuentan cuentos de terror.

El partido contra el Levante de ayer no tiene mucho que contar. No se vio mucho fútbol en el sentido literal de la oración. En los primeros cuarenta y cinco minutos la espesa niebla hizo que los aficionados tuviésemos serias dificultades para seguir el juego y saber lo que pasaba más allá del medio campo. Por suerte, Gabi apareció en el Fondo Norte, de repente, de entre la nebulosa surgió con el balón en los pies, cabeceando de izquierda a derecha buscando a sus amigos del “carpe diem” y a eso se encomendó cuando se encontró sólo entre la retaguardia levantinista. Quizás oyó nuestros gritos de ánimo, clamando con las bufandas apretadas en el puño, o quizás no, pero en el momento decisivo, armó la pierna para el disparo que finalizó su carrera en la frontal del área. Un balón de fe que rozó a Reina para acabar colándose hasta el fondo de las redes. Y nuestro capitán gritó gol cuando la niebla comenzaba a levantar.

Desconocemos si Javier Aguirre les lee a Whitman o a Sheakespeare en el vestuario, lo que sí es seguro es que el “vasco” debió de graduar las gafas hace poco y por fin vio lo que la gran mayoría veíamos nítidamente. Edmilson recibió unos días de vacaciones y Ponzio ocupó con solvencia el pivote. El argentino ofrece consistencia donde el brasileño aplica disolvente. Además, Gabi, Ander y Ponzio se conocen, se buscan y se encuentran. Igual que se encontró el inédito holandés, Boutahar, quien en una posición anárquica ni en la banda ni en el centro, olisqueaba la intencionalidad de los pases de Ander Herrera hasta que el cansancio le derrotó en la segunda parte y fue sustituido por Nico Bertolo. Mientras, Lafita se desfondó corriendo gratis intentando apoyar a Sinama Pongolle que volvió a jugar un partido más en “Stand-by”. Braulio ofrece mucha más movilidad a la delantera zaragocista y así lo demostró en los últimos compases del encuentro, aunque ande como un Indiana Jones cualquiera en busca del gol perdido.

Los mañicos del león vivimos con el espíritu de Calderón de la Barca metido en nosotros, una voz constante que cuando el telón comienza a caer, nos susurra “y los sueños, sueños son”, inyectando un poco más de amargura, decepción y nostalgia en nuestros escudos. Esta vez esa vocecilla tenía acento porteño, se llama Leonardo Neorén Franco- y es el personaje encargado de mantener la tensión de la trama hasta el último minuto. De la mano de Álvarez Izquierdo, el colegiado al que ayer la meteorología libró de una reacción más vehemente por parte de la Romareda, decidió demostrar la máxima “hasta el rabo todo es toro”. A cinco minutos del final, el arquero zaragocista retuvo en sus manos el balón durante más de los seis segundo estipulados por el reglamento, dejando sin utilidad –otra vez- la carrera de Angelito Lafita. El árbitro debió de contarlos concienzudamente “scooby doo” a “scooby doo” –uno, scooby doo, dos, scooby doo, tres…- y señaló lo que nunca se señala y no por ello mal señalado. Libre indirecto en el área. Señalado. Sacado y resuelto con gol por los valencianos. Sin embargo, el árbitro entendió que su falta de atención era suficiente para anular la jugada y el gol del Levante no subió al marcador. Tampoco hicieron méritos en el global para ese empate. Perder tiempo ya en la primera mitad de un partido de fútbol no es un buen síntoma.

Después de esto, por fin, después de muchos días, todos a una por nuestro equipo. Por nosotros mismos. Los tres puntos eran nuestros y no se iban a escapar de la cueva de esta Sociedad de Poetas Muertos, de ilusiones estrelladas contra la realidad. Una dura realidad que cincela caracteres a machetazos.

Nos levantamos en mitad de una terrible resaca. Ducha fría. Traje de domingo recién planchado. Cabeza alta. Nos colocamos la corbata. Cerramos la puerta y ponemos el cartel de “Se alquila” en nuestra casita del descenso. Esperemos que la crisis inmobiliaria no merme nuestro negocio y nos deje de nuevo tirados en el viejo camastro lleno de chinches.

Ficha del partido:

Real Zaragoza: Leo Franco, Diogo, Jarosik, Contini, Paredes, Gabi, Ponzio, Lafita, S. Boutahar (Bertolo, min. 66), Ander (Jorge López, min. 86) y Sinama P. (Braulio, min. 55).

Levante UD: M. Reina, Javi Venta, Nano, Robusté, Del Horno, Pallardó, Xavi Torres, Juánlu (Valdo, min. 60), Xisco Nadal (Xisco Muñoz, min. 60), Rubén y Rafa Jordá (Stuani, min. 69).
Goles: 1-0, Gabi (min. 45).

Árbitro: Álvarez Izquierdo (comité catalán). Amonestó por el Real Zaragoza a Gabi (min. 22), Jarosik (min. 22), Lafita (min. 82) y Braulio (min. 90). Por el Levante a Pallardó (min. 54), Stuani (min. 75), Xisco Muñoz (min. 81) y Rubén (min. 90). Expulsó con roja directa al entrenador del Levante, Luis García (min. 86).

domingo, 16 de enero de 2011

Español 4 - Real Zaragoza 0: Uno que va y le meten 4

¿Lo pillas?, pues eso, eso exactamente fue el Real Zaragoza ayer por la tarde en Cornellá-El Prat. Un mal chiste, una broma de mal gusto, un ni quiero ni puedo, un payaso triste, un arlequín con los rombos desteñidos, una marioneta sin manos que tensen sus hilos, el negativo perdido entre viejas fotos de lo que algún día fue un equipo de fútbol.

No hay nada que contar del partido contra el Espanyol. Los periquitos fueron superiores en todas las líneas, tuvieron la posesión del balón, la velocidad en el ataque, el orden defensivo -tampoco precisaron esforzarse mucho-. Ni siquiera las tempranas lesiones de Javi Márquez y de Osvaldo, cerebro y ejecutor de los barceloneses, mermaron el temperamento de los blanquiazules. De los de las camiseta a rayas, no de los otros que ayer vestían de negro y amarillo chillón, aunque Adam Pintér no distinga una zamarra de otra.

El despropósito vespertino dominguero sólo sirvió para ver, una vez más, cual pasarela Gaudí, las carencias del Real Zaragoza, un equipo pobre de fútbol y de espíritu. Los días en que morir sin desatarse los cordones de las botas era un consuelo pasaron ya de largo, se perdieron en el horizonte como el tren que desaparece cuando todavía no has acabado de decir adiós. Pañuelos de despedida, blancos como la cal, son también los que se le están empezando a desplegar al "vasco" Aguirre.

Hubo cuatro goles. El primero, un centro suavecito desde la banda izquierda del ataque perico que remató Osvaldo con tranquilidad y soledad en el centro del área maña. Los centrales miraban desde lontananza. El segundo, fue la aparición estelar, en exclusiva, de Carlos Diogo para cometer un penalti absurdo e intrascendental. El tercero, antes del descanso, un zurriagazo imparable de Álvaro, que pasó silbando junto a la oreja de la estatua de Leo Franco, que cual Custer sobre la colina veía cómo se acercaban los indios sin que nadie los parase. Por último, en la pista central, para completar el circo, el gran Pintér con el más difícil todavía, asistiendo a Luis García en el área zaragocista, que la cedió graciosamente para que Sergio García completase su particular versión de la venganza de Don Mendo. Lamentable.

Y nada más. Nos podríamos aburrir diciendo que no entendemos a Edmilson sobre el campo ni a Pintér en la primera división, que tenemos al crack inútil que es Ander Herrera, que viene a ser como un Goya colgado de las paredes de una caseta de uralita. Inútil. Podemos abrirnos la cabeza contra la pared pensando dónde están los chicos que jugaron durante el verano, Edu García, Kevin Lacruz -lesionado todavía-, José, Alex Sánchez... Pero todo esto no vale mucho cuando no sabemos ni dónde se nos quedó el orgullo y la dignidad se nos va despellejando jornada a jornada.

Es lo que nos toca, es lo que hay. Y nos toca elegir, abrazarle fuerte para que no se vaya o soltarle definitivamente para que no vuelva. Sea como sea será sufriendo. No sabemos de otra manera, así que aquí nos quedamos, sentados en el banco de Penélope con los zapatos de domingo y el bolso de piel marrón empeñados en el Cash Converter

Y mientras tanto, la diosa fortuna sigue haciendo ensayos de laboratorio con nosotros. Después del naufragio nos regala un partido de seis puntos contra el Levante, en la Romareda.

Ficha del partido:

Espanyol: Kameni, Chica, Víctor Ruiz, Didac, Amat, Raúl Baena, Javi Márquez (Sergio García, min. 14), Verdú, Callejón, Luis García y Osvaldo (Álvaro, min. 29).

Real Zaragoza: Leo Franco, Diogo, Jarosik, Lanzaro, Paredes, Gabi, Edmilson (Pintér, min. 45), Lafita, Jorge López (Bertolo, min. 45), Ander y Sinama P. (Braulio, min. 68).

Goles: 1-0, Osvaldo (min. 7); 2-0, Luis García, de penalti (min. 29); 3-1, Álvaro (min. 33); 4-0, Sergio García (min. 86).

Árbitro: Muñiz Fernández (comité asturiano). Amonestó por el Real Zaragoza a Diogo (min. 47), Sinama P. (min. 50), Gabi (min. 50), Pintér (min. 51) y Ander (min. 69). Por el Espanyol a Amat (min. 20) y Chica (min. 50).

martes, 4 de enero de 2011

Real Zaragoza 2 - Real Sociedad 1. Un rayo de sol.

Eso fue la victoria zaragocista de anoche, un rayo de sol cálido, brillante y acogedor, de esos que te calientan la espalda en las mañanas de febrero. Lo que pasa es que todavía es enero y todavía no es suficiente el cielo raso para quitarnos el frío de los huesos.

En una jornada extraña para el balompié como es un lunes por la noche, el Real Zaragoza recibía en la Romareda a un viejo conocido recién estrenado en la Liga BBVA. La Real Sociedad de Martín Lasarte ha venido siendo un equipo sólido y con bastante calidad, al que la adaptación a la categoría apenas les ha costado, de momento. A nosotros, el retorno, nos está costando un poco más y seguimos lastrados desde hace ya dos años, sin lograr reflotar y medio ahogados, resistiéndonos y chapoteando para no hundirnos una vez más.

Lo cierto es que después de las Navidades los muchachos del león parecen haber vuelto con buenas intenciones y energías renovadas, han hecho los deberes de recuperación de la primera evaluación y esperan sacar nota en Semana Santa. De momento han estrenado cuaderno y todavía no han echado ningún borrón. Bueno, para no mentir, casi tienen que repetir toda la tarea porque a Matteo Contini se le salió toda la tinta del boli justo cuando iban a acabar. No se puede permitir que un jugador se permita el lujo de tirar a la basura el trabajo de todo el equipo. Inaceptable la actitud del italiano en el último minuto de partido, cuando los tres puntos estaban de nuestra parte, derribando a Tamudo en el área.

Al margen de esto, el Real Zaragoza de ayer fue solidario en el trabajo, rápido en la salida del balón, incisivo en el ataque y tan sólo le falló la labor defensiva donde las basculaciones y las ayudas siguen siendo descompensadas. Por suerte, la Real fue un equipo plano, sin imaginación y con poco ímpetu. Aun así, pusieron en más de un aprieto al cuarteto Diogo, Jarosik, Contini, Paredes. Afortunadamente, Leo Franco solventó las pocas opciones de peligro que tuvo. La única que no pudo parar fue la jugada del gol de los donostiarras, magistralmente iniciada por Teixeira Vitienes y rematada por Xabi Prieto.
Pero ni el inventor de la "Prietinha" ni el habilidoso Griezmann fueron en esta ocasión suficientes para parar la necesidad de supervivencia de los maños. En el minuto 10, Sinama Pongolle consiguió adelantar al conjunto zaragocista resolviendo con brillantez un pase medido de Ponzio. El argentino ocupó el pivote, en detrimento de José Edmilson, y dio consistencia al grupo hasta que las premuras del empate y el aumento de pulsaciones aconsejó su sustitución para evitar su expulsión. Entró entonces Lafita, convaleciente de una gripe pero dispuesto a correr como los demás.

Fue justo tras ese cambio cuando el equipo se tambaleó peligrosamente, más todavía cuando Tamudo se plantó en el campo. Pero ayer no era día para lamentos ni dudas. Aguirre puso todo sobre el césped. No hay más. Braulio, Marco Pérez y Sinama para golear, Ander y Lafita para asistir, Gabi para contener. El partido se rompió y ahí, una vez más, como pasa con el tuerto en el país de los ciegos, el Real Zaragoza campa a sus anchas, es el rey. Es feliz y la grada vibra. Cada victoria de este equipo es una final ganada y como si de un título se tratase saltó la afición de los asientos cuando en el tercer rechazo Braulio -BR16- engarzó el esférico en la red de nuestros anhelos. Goles son amores...

Otra vez al final, otra vez suplicando al cielo, otra vez con la garganta en un nudo y el estómago pegado al corazón. Pero otra vez juntos. La montonera de la celebración del segundo gol es algo más que un gesto, es la foto de un EQUIPO. Nuestro equipo.

Ahora sólo falta ponerle algo de relleno, inyectarle un poco de hormigón en los cimientos y tapar las goteras del tejado. De los cuadros y los jarrones ya nos ocuparemos en otro momento. De aquí al verano nos conformaremos con que no se nos caiga.

Ficha del partido:

Real Zaragoza: Leo Franco, Diogo, Jarosik, Contini, Paredes, Gabi, Ponzio (Lafita, min. 60), Bertolo (Braulio, min. 86), Jorge López (Marco Pérez, min. 66), Ander y Sinama P.
Real Sociedad: Bravo, Mikel, Elustondo, Markel, Griezmann, Llorente (Tamudo, min. 64), Xabi Prieto, Ansotegui, Zurutuza (Aranburu, min. 81), Estrada y De la Bella.
Goles: 1-0, Sinama P. (min. 10); 1-1, Xabi Prieto (min. 32); 2-1, Braulio (min. 90).
Árbitro: Teixeira Vitienes (comité cántabro). Amonestó por el Real Zaragoza a Paredes (min. 41), Ponzio (min. 51) y Gabi (min. 65). Por la Real Sociedad a Griezmann (min. 77).

La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez