miércoles, 19 de mayo de 2010

La Crónica Musical: la revolución de los limones

Acabó la liga, POR FIN! Y el Zaragoza jugó su último partido de la temporada ante el Villarreal.

Pero un "suceso" eclipsó, para alguno de nosotros, el fin de semana futbolístico. Y es el tema Paco González del que se ha hablado ya largo y tendido y del que esperamos una pronta solución.

Pues nada, le mandamos un bratzzo a Paco González y unos cuantos limones, además de dedicarle la última crónica musical de la temporada.

ÁNIMO PACO!

domingo, 16 de mayo de 2010

Real Zaragoza 3 - Villarreal 3. Emociones intranscendentes

Última tarde en la Romareda. Despedidas, despecho, goles, sonrisas, lágrimas y ni el cierzo del Moncayo faltó anoche. Noventa minutos de sentimientos encontrados que empezaron y terminaron ahí, entre el agradecimiento a los muchachos que desde septiembre del año pasado se han levantado una y otra vez después de cada tropiezo, luchando hasta el final por nuestro escudo, y el rechazo a unos gestores ineptos, inexpertos o incapaces que son como esa asignatura maldita del estudiante que al llegar el verano quema sus apuntes para purificar su espíritu y olvidar.

El único que se jugaba algo era el Villarreal, pero a juzgar por el primer tiempo parecían resignados a no lograr su objetivo. Sin embargo, lejos de abogar a los deméritos de los castellonenses, hay que alabar el maravilloso fútbol que desarrolló el Real Zaragoza. Gabi y Edmilson se hicieron dueños del centro del campo y repartieron juego a una y otra banda donde se desdoblaban Obradovic y Pulido, mientras que Colunga encontraba siempre la espalda de la defensa. ¿Por qué no disfrutamos de esto siempre? la respuesta es Senna, un centrocampista con oficio, internacional por España y que plantado delante de la línea de cuatro villarrealense, desarmó al equipo de Gay en la segunda mitad. También Rubén Gracia "Cani", que atesora la experiencia que le falta a nuestro Ander Herrera, junto con Ibagaza consiguieron abrir huecos entre la defensa y el mediocampo maño, que poco a poco fue perdiendo el dibujo y la posición. En resumen, necesitamos algo más que solvencia para brillar y sobre todo no sufrir en las profundidades de la BBVA.

El encuentro se puso muy pronto interesante para el Real Zaragoza y la afición -poca- que asistió a la Romareda. Un lanzamiento de falta de Eliseu en el minuto cuatro, abrió la lata que acabaría sirviendo Adrián Colunga en el 29. Mano a mano con Diego López del máximo goleador zaragocista, el "Robinson" que nos ha hecho olvidar al "Chupete" Suazo. ¿Qué habría pasado si el asturiano hubiese jugado más?, ¿seguro que sólo es un jugador de últimos minutos?. Antes del descanso, Pulido celebró su regreso al once titular con el tercer gol de la tarde. No se podía pedir nada más y nos creímos lo de que fueron felices y comieron perdices.

Pero los cuentos en Zaragoza, con un balón por medio, suelen tener finales inesperados, habitúan a sostenerse sobre el hilo de la incertidumbre. Fieles candidatos siempre a un guión de José Luis Cuerda. Y antes del descanso los aficionados ya contemplábamos la duda razonable, cuando Cazorla hizo el primero de los amarillos. En la dura competencia que tuvieron las defensa de ambos equipos por ver cuál era la peor, Roberto y Diego López tuvieron la opción de lucirse, pero esta vez la intranscendencia alcanzaba sólo a Roberto Jiménez, Diego López debía presentar sus candidatura para viajar a Sudáfrica -respetable opinión del Sr. Del Bosque aparte, en este concurso tienen más méritos Valdés, Casillas, De Gea o Reina que López-.

Entre tanto, llegó el segundo de Cazorlita. Resignación. Por suerte, para evitar el aburrimiento y la dejadez de la grada siempre habrá un entrañable clown que anime el circo. Estrada Fernández. Un penalti, dos agresiones, y dos fuera de juego. Sigan jugando, sigan. El espectáculo debe continuar y el Villarreal todavía podía empatar. Rossi, en el 82, dicho y hecho.

A pesar del esfuerzo, el "Submarino" se quedó sin Europa League. Es lo malo de no depender de uno mismo, se llama frustración, la misma que encerraba ese "Nosotros te queremos, Roberto quédate", las alabanzas a Colunga o las que hubiese tenido Matteo Contini de no haberse equivocado hace una semana. Pero como dice la canción, unos entran y otros van saliendo. Siempre es igual, siempre la misma desolación del abandono cuando ves alejarse a tus jugadores. Identificación y nostalgia reprimidas para que no duela cada adiós. Se marcharán muchos y llegarán algunos. Se abre la lonja.

Muerta la 2009-2010, damos la bienvenida a la 2010-2011. ¡Viva la Liga! Bienvenidos a otra sesión del baile de ilusiones.

Ficha del partido:

R. Zaragoza: Roberto; Pulido, Goni, Jarosik, Obradovic; Gabi, Edmilson; Eliseu (Abel Aguilar, min.77), Ander Herrera, Jorge López; y Colunga.

Villarreal: Diego López; Angel, Gonzalo, Godín, Capdevila; Cazorla, Bruno (Fuster, min.83), Ibagaza (Senna, min.46), Cani (Escudero, min.77); Rossi y Nilmar.

Goles: 1-0. min.4. Eliseu; 2-0. min.29. Colunga; 3-0. min.35. Pulido; 3-1. min.40. Cazorla; 3-2. min.55. Cazorla; 3-3. min.76. Rossi.

Árbitro: Estrada Fernández, del Comité Catalán. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Ander Herrera, Colunga y Gabi y a los visitantes Ibagaza y Ángel.

Incidencias: partido correspondiente a la última jornada de liga disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 22.000 espectadores.

martes, 11 de mayo de 2010

15 años de nostalgia


1995 fue el año en que toda una generación descubrió el fútbol en Zaragoza. Esa generación que era todavía demasiado joven para disfrutar el gol de Rubén Sosa en el Vicente Calderón y que lo poco que sabían de lo que había más allá de los Pirineos era una moneda de quinientas pesetas que impactó contra la cabeza de un linier, en aquella eliminatoria perdida contra el Borussia de Dormunt. Los que llenábamos de domingo en domingo las esquinas del Fondo Sur de La Romareda y que ya llevábamos dos años dibujando el camino a la gloria, entre un 6-3, Mestalla, Urío Velázquez, Alejo y el penalti de Higuera que llenó un 21 abril la Plaza del Pilar. Ese día, todos aprendimos que el aforo aproximado del salón de la ciudad es de unas 200.000 personas.

El 10 de mayo, Zaragoza era blanquiazul. La pizarra del colegio lució durante todo el día un "AUPA ZARAGOZA", así, en mayúsculas. Todos éramos del Zaragoza. Conocíamos cada estrofa del himno, repetíamos de carrerilla aquella alineación que recordábamos mejor que las capitales de Europa -Cedrún, Belsué, Cáceres, Aguado, Solana, Aragón, Poyet, Nayim/Gay, Pardeza, Higuera, Esnaider-. Se escondieron las camisetas blancas y blaugranas. Sólo existía un león rampante sobre fondo rojo, una corona, un orgullo, y el azul y blanco de nuestros sueños. Cuando llegó la noche y el partido, las calles se vaciaron para explotar en una inmensa fiesta 120 minutos después. Era nuestra, la Recopa era nuestra. Los "Zaramágicos" habían hecho campeón a nuestro equipo, el Real Zaragoza era dueño de ese trofeo que jamás albergarán las vitrinas del Santiago Bernabeu.

De aquella generación, algunos, al poco tiempo, volvieron a sacar sus antiguas zamarras del cajón. Otros, los menos, nos quedamos haciendo guardia en las gradas del viejo estadio, esperando volver a rozar con los dedos aquel maravilloso momento. Sentados y afónicos, lloramos la muerte de Don Alfonso Solans Serrano, vimos disolverse a nuestro particular héroe de Miralbueno y rezamos para que entrase el gol de Poyet en Las Gaunas. Sufrimos viendo marcharse poco a poco a la "Quinta de París". Asistimos incrédulos a una temporada en la que, de la mano de Txetxu Rojo, pudimos lograr una Liga. Aguantamos que nos negasen el honor de jugar la Champions League y ese mismo año nos despertamos de una mala siesta en Cracovia. Ondeamos las banderas al viento en Sevilla y nos llenamos de amargura en Villarreal. Nos abrasamos al sol de la Segunda División y nos resbalaron por las mejillas lágrimas de alegría en la cima de Montjuic. Cuando más lo merecíamos nos quedamos sin la séptima. Luego creímos merecer mucho más y caímos desde el peldaño más alto de la escalera, de espaldas sobre el césped mojado de Mallorca. Nos limpiamos el barro de las rodillas y volvimos.

Hoy, ahogados en dudas identitarias y existencialistas, nos encontramos entre las manos con el peso de la nostalgia fraguada a lo largo de estos quince años. Una cadena que nos lastra en el pulular por la celda de nuestra dulce condena. La nostalgia es un elemento peligroso en la historia, necesario para el arraigo pero proclive a oler demasiado a naftalina. En los últimos años de idas y venidas, de bandazos mal direccionados y curvas sobre barrancos escarpados, la nostalgia ha sido un rincón para el alivio, la tirita para nuestras heridas. Sin embargo, las heridas bien cuidadas terminan por cicatrizar y hay que airearlas para que sanen, prescindir de las tiritas, luego, una vez olvidados los golpes es imprescindible preparase para nuevas peleas, distintas, otras. Nadie nos prometió que el camino fuese fácil el día que pagamos nuestro primer abono, pero no podemos pararnos en la encrucijada a pensar en lo ya caminado, deberíamos, tal vez, esforzarnos en elegir la dirección adecuada y seguir. Decidir si fuimos o somos. Apagar de una vez la radio para que deje de sonar Ana Belén quemando París, que Loquillo no nos repita más que alguna vez fuimos los mejores. Puede ser que debiésemos soltar el ancla de la nostalgia. Puede ser.

Mientras tanto, aquí seguimos, seguiremos, cada día, cada hora, en cada partido a tu lado. Una generación perdida en la eterna parábola que dibujo el cielo en aquel maldito mayo de París.

jueves, 6 de mayo de 2010

La crónica musical: con el viento a favor

Qué frío pasamos ayer... y qué nervios. Finalmente, todo acabó como queríamos, con una victoria que nos deja a puntito de la salvación. Con el viento a favor... como el que hacía ayer y el que nos canta Bunbury.

Real Zaragoza 1 - R.C.D. Espanyol 0. Cuando el cierzo no parece perdonar

El fútbol a veces tiene estas cosas, esa justicia kármica que te devuelve lo que quita y te quita lo que no te mereces. En esta ocasión pudo, más en la balanza la buena voluntad de una afición cansada de sufrir que la capacidad futbolística y administrativa de quienes cobran del Real Zaragoza. Tenemos el contrato de la salvación sobre la mesa a falta de rúbrica, pero para ello anoche hubo que pasar por el último estadio del purgatorio.

La noche se preveía desapacible desde primera hora de la mañana y no defraudó, hubo momentos en que estar en la grada era un auténtico suplicio y no sólo por el cierzo inclemente, sino por el pseudo-espectáculo que ofrecieron Real Zaragoza y R.C.D. Espanyol en el Municipal de la Romareda. Era muy complicado controlar el balón con el fuerte viento racheado y poco a poco el partido se convirtió en un ir y venir que se preveía ganaría el que menos errores no forzados cometiese. Finalmente, no fue así, ya que, desconocemos la estadística, pero la cantidad de balones que perdió el Zaragoza en la zona de mediocampo fueron incontables. Por suerte, una vez más la defensa comandada por Contini mantuvo a raya el peligro catalán. En esta línea debemos destacar a Iván Obradovic que se le nota ansioso por disputar el mundial y nos está honrando con su calidad en la banda, arriba y abajo.

José Aurelio Gay retornó al sistema 4231, lo cual, en principio, sería garantía de fútbol ofensivo, sin embargo, el estatismo de la línea de tres en la que formaron Eliseu, Abel Aguilar y Arizmendi, hizo imposible que “Robinson” Colunga tuviese opciones ante portería, aun así fue el único que ensayó disparo cerca de portería en la primera parte. El doble pivote se deshizo intentando abarcar un área de terreno excesiva y Edmilson se equivocaba una y otra vez intentando jugar en largo porque en cuanto que el balón despegaba del suelo dejaba de moverse a criterio de los jugadores y pasaba a ser un regalo para la rifa. La sensación era de dominio zaragocista, pero se quedaba en una simple sensación puesto que cada vez que el Espanyol tenía el balón llegaba con fluidez y facilidad a las inmediaciones de Roberto. Y aquí un punto y aparte.

Roberto: Excelente portero. Posiblemente el mejor portero que ha disfrutado la Romareda en los últimos 15 años, con la salvedad de Láinez al que no tuvimos entre nosotros lo suficiente, porque posiblemente es el puesto peor cubierto, en el que peor se ha fichado –Mondragón, Konrad, Luis García, Valbuena…-. Es seguro por arriba, su altura no es impedimento para que saque bien jugado el balón, sabe orientar los pases largos, tiene unos reflejos envidiables, tiene colocación, acaba los partidos afónico mandando al equipo desde atrás, sabe medir los tiempos del partido, no tiene miedo a salir, etc.… Y ayer se llevó una tremenda ovación, merecidísima y unánime, se coreó su nombre para celebrar los tres puntos de ayer y los de La Coruña. Nosotros te queremos, Roberto quédate.

Los minutos pasaban y el interés estaba más en los auriculares, en lo que nos contaban de otros campos, que en lo que estaba pasando en el césped. Gol del Sevilla, el cuarto. Gol del Atleti, el segundo. Por orgullo la victoria no era ya negociable, era un imperativo legal, la especulación en tiempos de crisis está muy mal vista y peor gratificada. Gay observaba desde la banda, ¿el qué? no lo sabemos, tal vez veía cómo Eliseu se preocupaba más de intentar forzar la falta o el penalti en lugar de centrarse en la portería, quizás analizase cómo Gabi, nuestro Gabi, se esforzaba por crear fútbol, igual oteaba en el horizonte a Arizmendi incapaz de revolverse bajo la atenta vigilancia de Iturralde González… Por fin en el minuto 68 decidió sacar algo de técnica al campo, dio entrada a Ander Herrera que, con más espíritu que habilidad, fue determinante para la victoria, no por su juego –que también- sino porque forzó el penalti del que resultó el único gol del partido. El deseado gol. También entró Lafita en lugar de Eliseu, quien estiró al once maño que se encontraba “apretadico” en el círculo central, seguramente para resguardarse del frío.

Independientemente de opiniones, en rigor fue penalti puesto que así lo sancionó el colegiado. Justicia kármica. Colunga se puso tan nervioso como siempre, tan dubitativo como cada vez que tiene opción de remate y convirtió el penal con suavidad. Este muchachito tiene una portería por cerebro, el gol es parte de su ser. La grada estalló, respiró, sintió un segundo de calor en su pecho. Gracias Adrián.

Los once minutos restantes fueron de ánimo constante, incluso hubo algo de fútbol, poco pero algo. No se podía escapar, afición y equipo le echamos el candado al resultado. Fin del partido.

Ya queda poco para ponerle el matasellos a la temporada. A partir del día 17 habrá mucho que hablar, que criticar, que exigir, que pedir. Sin embargo, os invitamos a todos a disfrutar estos once días, nos lo hemos ganado, que el día del Villarreal la Romareda sea una fiesta, una fiesta para los zaragocistas que tenemos hipotecado el corazón desde hace 3 años. Para nosotros, sólo para nosotros. Después el destino decidirá el lugar de cada uno. El nuestro, el de los aficionados y los jugadores, la primera división.

Ficha del partido:

R. Zaragoza: Roberto; Ponzio, Pablo Amo, Contini, Obradovic; Gabi, Edmilson; Eliseu (Alex Sánchez, min.92), Abel Aguilar (Ander Herrera, min.58), Arizmendi (Lafita, min.74); y Colunga.

R.C.D. Espanyol: Kameni; Amat, Pareja, Víctor Ruiz, David García; Moisés Hurtado, Forlín; Luis García (Coro, min.83), Verdú, Callejón (Marqués, min.74); y Osvaldo (Iván Alonso, min.61).

Gol: 1-0. min.79. Colunga (penalti).

Árbitro: Iturralde González, del C. Vasco. Expulsó, por doble amonestación, a Pareja (min.77). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Pablo Amo y Gabi y a los visitantes Moisés Hurtado y Forlín.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 36 de liga disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 22.000 espectadores.

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lunes, 3 de mayo de 2010

Juntos hasta el final

Quedan dos días, 48 horas. Tiempo suficiente para que todos los zaragocistas vayan preparando sus pinturas de guerra, templando sus espadas, recargando sus fusiles y repasando sus bayonetas para la llegadas de las huestes españolistas.


La unidad es el camino. El equipo se tiene que sentir arropado antes, durante y después del partido. La permanencia es el objetivo, noble o no, pero nuestro, de todos nosotros. La noche del miércoles tiene que acabar siendo una fiesta blanquiazul.

"La boba de Nico", se une a la propuesta de la Peña Zaragocista de Garrapinillos. Saquemos el zaragocismo a la calle, que se sienta y se note.

Con motivo del trascendental encuentro que nuestro Real Zaragoza va a disputar el próximo miércoles 5 de Mayo frente al C.D. Español a las 20:00 h en el estadio de la Romareda, invitamos a todo el barrio y al resto de Peñas que se quieran unir a la nuestra a vivir un día extraordinario de zaragocismo.

Saquemos las banderas a los balcones, aprovechando que es día laborable que nuestros chavales vayan al colegio ataviados con la camiseta blanquilla, se tiene que palpar desde primeras horas del día la importancia de lo que nos jugamos a las ocho de la tarde.

Acudid al campo, y el que no pueda que deje la tarjeta a otro zaragocista, pero se nos tiene que oir, y sentir en las gradas, en las calles, en los bares y en todos los rincones que somos un equipo de primera, que nos vamos a quedar y que Zaragoza nunca se rinde.

Aupa Zaragoza

domingo, 2 de mayo de 2010

La crónica musical: ataque al corazón

Casi nos da un ataque al corazón el sábado. La segunda parte se nos hizo eterna pero al final lo conseguimos y ganamos al Deportivo.

Esperemos que no nos acabe por dar el ataque al corazón como al protagonista de la canción de Madness...

R. C. Deportivo de La Coruña 0 - Real Zaragoza 1. Infarto en Riazor

Tal vez conozcáis esa sensación en que notas tu propio corazón golpeando en el pecho, a ritmo constante pero cada vez más fuerte, intentas relajarte y no eras capaz ni de ser consciente de tu respiración. No puedes articular palabra. Te consume la incertidumbre y la realidad se separa de ti, convirtiéndote en un ente disociado y solitario al que se le agolpan imágenes posibles. La lluvia de Mallorca, el gol de Ayala, la condescendencia del Madrid, el penúltimo en Vitoria, la sentencia de Villarreal y hasta la tarde de Cracovia. Retratos del pasado que te roban las palabras, el retrato de un corazón zaragocista en Riazor.

El encuentro entre Deportivo de La Coruña y Real Zaragoza, se jugó en un estadio semivacio que sólo recordaba que albergaba público cuando Angelito Lafita tocaba el balón y los desagradecidos silbaban. Los planteamientos iniciales de ambos equipos se podrían definir como "matar moscas a cañonazos", rígidas líneas defensivas de uno y otro para los particulares Robinsones Crusoe de cada uno. José Aurelio Gay, alineó de inicio un 4141, que le aseguró el control del balón pero que no hacía daño en la guarnecida defensa deportivista, mucho toque pero lejos de la zona de peligro. Los cuatro de arriba, Ander Herrera, Gabi, Abel Aguilar y Ángel Lafita, se estorbaban a la hora de abrir los espacios y buscar la conexión con Adrián Colunga, y para la contención se bastaban y sobraban Edmilson y Jiri Jarosik, que sin duda fue el mejor zaragocista del partido. Así, pasaron 45 minutos de desecho puro de fútbol, 2700 segundos innecesarios.

En el caso de Jiri Jarosik, y esto merece párrafo aparte, su magnífica labor se vio incrementada por la lamentable actuación de Pablo Amo, quien estuvo lento durante los noventa y cuatro minutos que duró el partido, fue superado una y otra vez por Riki. Como ya hemos comentado antes, la primera parte no se puede considerar como fútbol, así que semejante desproposito de jugador no tuvo mayor transcendencia para el resultado, sin embargo, en la reanudación, cuando Colunga ya había conseguido el tesoro del gol, la ineptitud de Pablo Amo tomó tintes tragicómicos. El Deportivo se tiró al ataque para intentar, lícitamente, la victoria en su feudo; bien manejados por Valerón consiguieron llegar con peligro hasta los territorios patrimoniales de Roberto, pero el caudillaje que ejerce nuestro portero sobre sus dominios es devastador -afortunadamente-. El partido estaba roto y Pablo Amo se empeñó en darle una emoción que no queríamos, perdió un balón imperdonable ante Riki -nunca un defensa puede recortar hacia portería en el centro de la defensa, nunca-, estuvo lentísimo en la anticipación, provocó que Jarosik viese una tarjeta amarilla -la quinta-, etc, etc, etc. Estas últimas líneas puede parecer que están llenas de inquina. Lo están. Y es que ni Raúl Goni -cojo, tuerto y manco es mejor que Pablo Amo- ni la afición merecemos esto. Ha tenido oportunidades, minutos para demostrar que lo de ayer era simplemente coyuntural y, sin embargo, demostró que lo coyuntural fue el partido contra el Athletic de Bilbao.

Adrián "Robinson" Colunga, cumplió su parte del trato en el minuto 50, culminando una jugada de Gabi y Lafita, quien midió el pase al área para el guaje, que jamás debería haber ocurrido puesto que su origen es una mano clara de Pablo Amo. A partir de ahí, cuarenta y cuatro minutos infinitos de sufrimiento indescriptible. Tan indescriptible como el once con el que terminó el Real Zaragoza, porque si de entrada éramos ultradefensivos de salida había seis defensas sobre el campo -hasta que Obradovic dejó su sitio a Jorge López-, más Edmilson y Gabi incrustados en la retaguardia. Los cambios de José Aurelio en La Coruña harían enrojecer al mismísimo José Mourinho, Paredes entró por Ander Herrera y Lafita dejó su sitio a Pulido. Y hasta aquí, lo más destacable es que Jorge López no estuvo mal, mantuvo el balón lo más lejos posible de nuestra portería -y de Pablo Amo- siempre que pudo. Suficiente.

El pitido final del colegiado fue el aviso para que los glóbulos blanquiazules retomasen la marcha por las venas del zaragocismo. Una victoria, tres puntos, hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana, porque mantenemos la distancia de sólo dos puntos sobre el foso de los leones, pero queda un partido menos para que cante la gorda y acabe la ópera. Para que, efectivamente, Ángel Lafita se quede donde se merece, donde siempre quiso estar, pese a quien pese.

El miércoles, contra el Espanyol, la Romareda, Zaragoza y Aragón entero también, tienen que ser un canto único, un deseo unánime, cada uno de nosotros tiene que ser antorcha que ilumine el camino. Donde no llegue el equipo llegaremos nosotros. Dicen que un querer ye de dos no más, y que ye más fázil fer-lo caminar, cuando l'uno caye l'otro ha debantar, cuando l'uno caye l'otro ha debantar...

Ficha del partido:

Deportivo: Aranzubia; Manuel Pablo, Rochela, Lopo, Raúl; Juan Rodríguez, Sergio, Juca (Adrián; min.69), Iván Pérez; Lassad (Valerón; min.61) y Riki (Añón; min.80).

Zaragoza: Roberto; Ponzio, Pablo Amo, Jarosik, Obradovic (Jorge López; min.76); Gabi, Edmilson; Lafita (Pulido; min.79), Ander Herrera (Paredes; min.63), Abel Aguilar; y Colunga.

Goles: 0-1; min.50, Colunga.

Arbitro: Álvarez Izquierdo, del Colegio catalán. Mostró amarilla a Jarosik (min.54), Roberto (min.84) y Colunga (min.90), por parte del Zaragoza; y a Juca (min.56), Raúl (min.71) y Juan Rodríguez (min.82), por parte del Deportivo.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésima quinta jornada del Campeonato Nacional de Liga disputado en el estadio de Riazor ante unos 13.000 espectadores. Antes del choque, el Deportivo expresó por megafonía su pesar por el reciente fallecimiento del actor Tuto Vázquez, un "deportivista fiel donde los haya". Los jugadores del Deportivo salieron del vestuario con camisetas de la Cruz Roja.

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La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez