domingo, 28 de noviembre de 2010

Real Zaragoza 0 - 3 Villarreal. Desastre

Mucho frío en la tarde zaragozana y un partido de ACB de los de sabor a clásico en el otro extremo de la ciudad -CAI Zaragoza-Estudiantes-, mermaron sensiblemente la asistencia de público a la Romareda. Sin embargo, los factores atmosféricos y los de la canasta no influyeron tanto en la ausencia de público como lo pudo hacer el no juego del Real Zaragoza. Ayer, la grada zaragocista asistió a una de las imágenes más desoladoras de los últimos años. En la segunda parte, la mitad de los espectadores fueron abandonando poco a poco el estadio. Y mientras intentábamos calentarnos los pies y las manos, los que nos quedamos hasta el final íbamos notando cómo se nos congelaba el alma pensando si, algún día, será posible que nuestro Real Zaragoza se quede solo.

La predisposición inicial de los jugadores y del técnico era buena. Repetía Aguirre esquema 4141 -algún día haremos una estadística de los dibujos usados por el Zaragoza esta temporada-. Con Edmilson de teórico pivote para la contención por delante de Jarosik y Contini, las pretensiones mañas pasaban por hacer ancho el centro de campo para tratar de manejar y poseer más el balón. Esa labor correspondía a Jorge López, hombre de sangre fría que con la temperatura de ayer no le debía ni de fluir por las venas. Ni balón ni sangre.

Lo cierto es que en los primeros cinco minutos los blanquillos trataron de desperezarse, quitarse minimamente los complejos de encima y llegaron incluso a pisar área. Pero ver a Lafita, Jorge López, Bertolo y Sinama -a partir del 40, Braulio- atacando, y por el otro lado a Nilmar, Rossi, Cani y Cazorla, es como comerte una loncha de jamón de york y luego un chuletón de Ávila. Nada que ver. El brasileño, el italiano, el asturiano y el de Torrero, hicieron lo que quisieron y como se les antojó ante la débil, desconcentrada, lenta y en ocasiones descolocada defensa zaragocista. Aunque no fueron los más descolocados del equipo, quien realmente estuvo fuera de lugar fue Leo Franco. Un gran portero -sí, lo es- que vio pasar el imparable trallazo de Marcos Senna y observó cómo el centro de Cazorla se colaba por su espalda sin plantearse siquiera atraparlo. En dieciocho minutos se perdió el partido.

Es complicado, muy complicado sacar conclusiones del partido de ayer, o señalar quién estuvo bien o quién mal. Los catorce jugadores del Real Zaragoza que entraron en liza estuvieron mal, ya ni la actitud de otras tardes les quedaba.

La segunda mitad fue un quiero y no puedo inicial para convertirse en un no quiero y no me da la gana terminal. A los pocos minutos, Javier Aguirre dio paso a Ander Herrera. Las ganas que siempre le sobran y su indiscutible calidad, otorgaron algo de chispa al equipo que pisó los dominios de Diego López con algo de asiduidad. Pero era un bagaje escaso como para pensar en un eventual empate, la mente de los zaragocistas dibujaba, más bien, la posibilidad de acercarnos en el marcador y en una jugada de suerte poder intentar el empate. De la victoria ni hablamos.

Sin embargo, de repente, se sucedieron una serie de hechos que nadie esperaba pero que tampoco sorprendieron. Primero, Matteo Contini se autoexpulsa al realizar un falta absurda e innecesaria, sin balón de por medio, que, evidentemente, el árbitro sancionó con la segunda amarilla para el ex del Nápoles. En la misma jugada, el Villarreal aprovecha el saque de banda para que Nilmar se vaya hasta la cocina para marcar el tercer gol. Todavía no había acabado la reconstrucción del equipo Aguirre, cuando Ander Herrera le realiza una entrada desproporcionada a un jugador del Villarreal. Milagrosamente se libró de la expulsión. Acto puro de impotencia.

En los veinte minutos que quedaban no sucedió nada. El Real Zaragoza firmó la rendición y el Villarreal no vio necesaria la humillación. Y arriba en la grada, silencio, decepción, rabia, discusión, desánimo y demasiados asientos vacíos.

Habrá que ir escribiendo la carta a los Reyes Magos para que nos traigan una brújula que nos devuelva el norte. Por si acaso, a Papá Noel, que llegará antes, le pedimos al menos estar tan mal como cuando llegó hace un año.

Ficha del partido:

Real Zaragoza: Leo Franco, Diogo, Contini, Jarosik, Paredes, Edmilson (Marco Pérez, min. 62), Gabi, Jorge López (Ander, min. 51), Lafita, Bertolo y Sinama P. (Braulio, min. 40).

Villarreal CF: Diego López, Ángel, Gonzalo, Marchena, Joan Oriol (Catalá, min. 70), Senna, Bruno, Cazorla, Cani, Nilmar (Marco Rubén, min. 67) y Rossi (Matilla, min. 79).

Goles: 0-1, Marcos Senna (min. 8 ); 0-2, Cazorla (min. 16); 0-3, Nilmar (min. 65).

Árbitro: Velasco Carballo (comité madrileño). Amonestó por el Real Zaragoza a Paredes (min. 54), Edmilson (min. 57), Ander (min. 68) y Diogo (min. 89). Por el Villarreal a Joan Oriol (min. 41). Expulsó con doble tarjeta amarilla a Contini (mins. 20 y 64).

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿Y a mí qué?

Eso es lo que me dan ganas de responder cada vez que oigo en los telediarios, en la radio, en los bares o leo en la prensa o en Internet comentarios marchamartillo sobre el Gran Clásico. ¿Y a mí qué me importa?.


La primera incoherencia de este espectáculo, que no partido de fútbol, es la definición. El Gran Clásico, el partido del siglo. Qué singularidad puede tener un hecho que se reedita mínimo dos veces al año. Entiendo que dado el abismo que los privilegios económico concedidos por las plataformas audiovisuales han insertado entre el F. C. Barcelona y el Real Madrid con el resto de equipos, éste y el de la segunda parte de la Liga sean los verdaderos partidos para ellos y los demás no sean más que simples calentamientos antes de su presentación mundial en sociedad. Allí o allá. Bernabeu o Camp Nou, el mismo simulacro de competición deportiva. ¿Competición?, ¿deportiva?. No, más bien un desfile, una exhibición. Eso es, exhibicionismo puro y duro. Un enorme spot publicitario que venda camisetas, llaveros, tazones de desayuno y calzoncillos con copyright.

Sin embargo, aunque cueste creerlo, hay vida más allá de merengues y culés. En esta España mía, esta España nuestra que cantaba Cecilia, hay gente a la que nos importa literalmente un bledo quién gane o pierda tan trepidante lucha de titanes. Más bien nos motivaría un utópica doble derrota de ambos. O tampoco.

Es difícil de entender, lo se, pero os aseguro que hay otros colores y otros escudos por los que llorar y reír, hay otros nombres a los que admirar, otros campos en los que pasar frío en invierno, otras gradas afónicas. Existen más árbitros que analizar entre el Atlántico y el Mediterráneo, los hay, lo afirmo e igual o más polémicos que el afortunado al que le toque el premio gordo.

Antes de que salten al campo madridistas y barcelonistas, habrá miles de ilusiones, esperanzas y contingencias flotando en el aires, una nueva jornada de Liga a la que aguardan muchos aficionados con contención y expectación para saber lo que hacen sus equipos, que ni son los más guapos ni los más altos ni los mejor vestidos pero son los suyos. Gente a la que por más que le insistan no son si de uno ni de otro. Y son personas, no extraterrestres, os lo prometo, los he visto, incluso convivo con ellos.

También nosotros vivimos en ese limbo de reafirmación de la posesividad y la pluralidad frente a la dualidad que se extiende cual plaga bíblica. Es nuestro, nuestro Real Zaragoza, por el que animamos cada partido como si fuera el último. El único que llena nuestro corazón futbolero. Sin divisiones ni repartos ni secundarios. Sólo suyo. Sólo nuestro. Y ahora está más necesitado que nunca de nosotros y nosotros de él. Eso sí que me preocupa y me ocupa.

El lunes es el derbi... ¿Y a mí qué?. Lo importante, lo realmente importante, el sábado a las 18'00h. en La Romareda.

martes, 23 de noviembre de 2010

Getafe 1 - Real Zaragoza 1. El nuevo Real Zaragoza de siempre.

¿Cómo contar el partido de ayer sin hablar del colegiado?. Vamos a intentarlo.

Empezaba la era Aguirre en el Coliseo Alfonso Pérez. A pesar los pocos días de entrenamiento, los cambios tácticos y de jugadores ya eran palpables en el cuadro zaragocista. Lo que no cambió fue lo de siempre, es decir, la falta de efectividad y el desconcierto defensivo.

Leo Franco volvía a la portería, posiblemente el único puesto que no preocupa al zaragocismo, y cumplió, sobre todo en la segunda parte con el monólogo del Getafe liderado por Adrián Colunga que se apiadó en más de una ocasión de su ex equipo. Por delante del argentino, línea de cuatro para Ponzio, que recuperaba su lateral derecho, Jarosik y Contini en el centro y Obradovic en la izquierda. El armado defensivo lo completaba Edmilson en el pivote, entre la defensa y la segunda trazada de cuatro jugadores que trataron de suministrar balones a Sinama Pongolle. Un detalle: en la primera parte, todas -casi todas, para no mentir- las opciones de ataque en las que intervino el delantero francés fueron anuladas por posición de fuera de juego.

La propuesta de juego del Real Zaragoza ante el conjunto getafista, necesitado de dar una victoria a su público, fue la de renunciar al balón -quizás demasiado- y buscar el contragolpe rápido por medio de Lafita, Gabi, Bertolo o Jorge López. Y precisamente fueron Lafita, Gabi y Bertolo los que se inventaron la jugada del gol maño. Un balón rechazado tras un corner que sacaba el Getafe, cayó en los pies de Ángel Lafita que lo bombeó hacia la banda izquierda donde el coraje de Gabi pudo más que el rapto de valentía de Codina. Gabi se llevó el balón en la disputa con el portero que se encontró indefenso tan lejos de sus dominios. Bertolo recogió el testigo y cruzó el balón desde el medio campo getafista para marcar a puerta vacía. Gol. La primera vez en la temporada en que el Real Zaragoza se iba al descanso con ventaja en el marcador.

Las sorpresas de Javier Aguirre serían necesariamente pocas, tres días de entrenamientos no dan para más, pero no por cantidad perdieron calidad. Con la boca abierta nos dejó a todos cuando tras la lesión de Obradovic en el minuto veintidós, el "jabalí" Paredes se volvía vestir de corto. Marcelino García Toral y José Aurelio Gay opinaban que no servía para este equipo, bien, estamos de acuerdo en que no es Roberto Carlos, pero ayer, después de casi un año sin jugar ni un solo minuto, salió, jugó y cumplió cerrando su banda de la mejor manera que pudo y supo. Bienvenido Javi.

A la vuelta de los vestuarios, el Getafe quería y necesitaba los tres puntos y se volcó en su busca. Boateng en el centro del campo, Manu del Moral y Colunga en punta convirtieron el área zaragocista en un lugar sitiado. El penalti señalado en el minuto cuarenta y seis les espoleó, a la vez que ponía la igualdad en el marcador.

Desde la expulsión de Leo Ponzio en el sesenta y seis hasta el final, el partido estuvo roto, con el Getafe volcado en la portería de Leo Franco y con el Real Zaragoza tratando de aprovechar la salida de balones largos por medio de Braulio, Sinama y un enorme, incombustible y entregado Nico Bertolo. Excelente el trabajo en toda la cancha del argentino.

Ya no existía dibujo ni orden en los últimos minutos. Quedaba lo de siempre, pundonor y un poquito de orgullo que parece que todavía les escuece a nuestros jugadores. Habrá que esperar todavía algún partido para apreciar el trabajo -que tiene y mucho- del "vasco" Aguirre. De momento, el siguiente envite es el Villarreal, aspirante a campeón de la liga de los simples mortales.

Reto conseguido. Ni una palabra sobre ese señor que dice que es árbitro de fútbol, ni del penalti a Lafita nada más comenzar el encuentro, ni de la agresión de Boateng a Contini, ni el no fuera de juego de Sinama -para una vez que estaba en línea-, ni de la mala aplicación del reglamento en el penalti de Sinama, que, según reglamento, no es falta sino juego peligroso y por tanto libre indirecto, y tampoco se ha comentado la injusta expulsión de Leo Ponzio que tiene el brazo más que pegado, incrustado al cuerpo cuando la pelota le golpea. Bien Teixeira, bien.

Ficha del partido (as.com):

Getafe: Codina; Miguel Torres, Rafa, Marcano, Mané; Boateng, Casquero (Gavilán, min. 45); Pedro Ríos (Miku, min. 71), Parejo, Manu del Moral (Arizmendi, min. 80); Colunga.

Zaragoza: Leo Franco; Ponzio, Jarosik, Contini, Obradovic (Paredes, min. 22); Edmilson, Gabi; Jorge López (Braulio, min. 56), Lafita, Bertolo; Sinama Pongolle (Pinter, min. 70).

Goles: 0-1, min. 32: Bertolo. 1-1: m.49: Colunga, de penalti.

Árbitro: Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró cartulina amarilla a Sinama Pongolle (min. 46) y Edmilson (min. 66) por parte visitante y a Miguel Torres (min. 64), Rafa (min. 90) y Marcano (min. 91) por parte local. Expulsó a Ponzio, del Zaragoza, por doble amonestación (min. 46 y 66).

Incidencias: Partido correspondiente a la décimo segunda jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante cerca de 8.000 espectadores.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Real Zaragoza 1 - Sevilla 2. Sin rumbo.

En medio de la contradicción, dudando entre la entrega del partido contra el Mallorca y la vergüenza de la eliminatoria de Copa del Rey contra el Betis, se asomaban por los vomitorios los aficionados zaragocistas. Cogían asiento antes de que Muñiz Fernández pitase el inicio del Real Zaragoza-Sevilla de la tarde de hoy.

Sobre el terreno de juego José Aurelio Gay planteaba su 532, ese sistema diseñado para parar la hemorragia de goles pero con el que no hemos sido capaces de terminar ni un sólo encuentro de Liga con la portería a cero. Los sistemas no son ofensivos o defensivos por propia naturaleza sino que dependen de la intencionalidad con que se quieran jugar y plantar en la línea de tres a Edmilson, Gabi y Ponzio es una auténtica declaración de intenciones. Intención de no querer perder, ganar ya lo intentaremos otro día. Las ausencias por lesión de Ander Herrera y Jorge López dejaban huérfano de fútbol al equipo, pero existían en el banquillo jugadores de perfil similar para sustituirles, Boutahar, Bertolo o Kevin Lacruz -¿dónde anda?- serían el recambio natural para la creación. Sin embargo, la tripleta Gay-Nayim-Solana consideraron más oportuno mantener a Edmilson en el pivote y condenar a Gabi y Ponzio a intentar hacer algo frente a la fortaleza defensiva del Sevilla.

El Sevilla de Gregorio Manzano decidió romper los esquemas zaragocistas regalándole el balón al contrario. A ver qué sois capaces de hacer, debió de pensar "el profesor" Manzano. En esta tesitura, la estrategia en ataque maña se basó en lanzar balones contra la defensa sevillista para tratar de aprovechar algún balón rechazado. ¿Por qué lo hacen si no saben?, se preguntaban a los aficionados cada vez que veían a Gabi o Ponzio conduciendo la pelota hasta el área para buscar pases a los delanteros, en lugar de ensayar el disparo desde la frontal que es algo en lo que ambos destacan. Pero hay tantas cosas que los aficionados no entendemos que esto tampoco es algo que nos quite el sueño. En el último año hemos visto de todo en la Romareda y nuestra capacidad de sorpresa e incluso la de indignación andan bajo mínimos.

Sin remate arriba, el Real Zaragoza continuaba mareando la pelota, hasta que Kanouté robó un balón en la medular a Edmilson y pasó a Luis Fabiano que se fue hacia la puerta de Doblas mientras Lanzaro se paraba pidiendo un inexistente fuera de juego. Toni Doblas falla al no tapar correctamente su palo y el palo es para los que estábamos asistiendo a ese ejercicio de impotencia que fue hoy el Real Zaragoza.

Toni Doblas, con problemas musculares que le impiden sacar de puerta, está mostrándose excesivamente inseguro en los últimos encuentros. Contando con dos porteros de garantías para la titularidad, tal vez sería el momento de recuperar a Leo Franco, pero parece que el argentino no está en la lista de jugadores utilizables para el entrenador -o entrenadores, o triunvirato, o pareja, o lo que sea... -.

En el descanso, salieron de la partida Ponzio y Lanzaro para dar entrada a Marco Pérez y Bertolo. El esquema se recompuso en un 442. Se revolucionó el juego y ahí el Real Zaragoza es donde luce, en mitad del desconcierto, cuando el partido se convierte en un correcalles es donde los chicos del león sacan la poquita rasmia que tienen, cuando el público les grita y les exige es cuando reaccionan. A la desesperada. Desgraciadamente no todos los días te pitan un penalti en el tiempo añadido y el cabezazo de Nico Bertolo con el que se conseguía el empate momentáneo no fue suficiente.

Tampoco sirvió que el árbitro ignorase el juego al límite de la legalidad de Contini -penalti incluido- y que sí que tuviese las gafas puestas para expulsar a Fernando Navarro en el minuto 72. Contra diez al Zaragoza le comió la ansiedad por conseguir los tres puntos. Boutahar fue el último cambio, por Contini, pasando Edmilson al centro de la defensa, pero ni los minutos de fútbol del holandés ni la bulliciosidad de Bertolo, ni el quiero y no puedo de Braulio y Marco Pérez fueron suficientes.

Lo que nadie esperaba esta tarde era lo que pasó en el último minuto de partido, la estupidez de control que realiza Jiri Jarosik. Un jugador de su veteranía jamás debería permitirse esa frivolidad de sacar el balón controlado de tacón cuando eres el último jugador y te presiona un delantero internacional como Álvaro Negredo. Jarosik trató de enmendar su error colocándose de delantero centro en los últimos segundos. Nada. 1-2 y adiós a la oportunidad de sumar.

El Sevilla esperó y se llevó tres puntos. ¿Merecidos? por supuesto, supieron leer el partido mejor que los jugadores y los técnicos del Real Zaragoza. Se agazaparon y confiaron en la gran calidad de sus jugadores arriba mientras el rival nadaba para ahogarse en la orilla.

Así está el Real Zaragoza ahora mismo, ahogado, tocado y hundido. Con motines a bordo -¿qué pasa con Edmilson y Ponzio?- y con la afición, con el zaragocismo, preguntándose eso que cantaba la trianera Remedios Amaya: "¿Quién maneja mi barca?".

Ficha del partido (as.com):

R. Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Lanzaro (Marco Pérez, min.46), Contini (Boutahar, min.85), Obradovic; Ponzio (Bertolo, min.46), Edmilson, Gabi; Lafita y Braulio.

Sevilla C.F.: Javi Varas; Dabo, Martín Cáceres, Alexis, Fernando Navarro; Perotti, Zokora, Renato (Negredo, min.65), Capel (Alfaro, min.40); Kanouté y Luis Fabiano (Konko, min.75).

Goles: 0-1. min.29. Luis Fabiano; 1-1. min.54 Bertolo; 1-2. min.91. Negredo.

Árbitro: Muñiz Fernández, del C. Asturiano. Expulsó con tarjeta roja directa al sevillista Fernando Navarro (min.72). Amonestó a los locales Contini, Diogo, Obradovic y Braulio y a los visitantes Alexis, Luis Fabiano, Javi Varas y Kanouté.

Incidencias: partido correspondiente a la undécima jornada de liga disputado en el estadio La Romareda de Zaragoza ante unos 20.000 espectadores.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Copa de S.M. el Rey 2010-2011. Eliminados

Qué bonita fue la primera victoria. Aquella noche en Heliópolis a la sombra de las palmeras. Gay con sus cinco defensas. Pepe Mel con su Emana venga a correr. Porque hay que ver cómo correr estos chicos de Segunda División. Corren por la derecha, corren por la izquierda, corren por el centro. Y encima llevan el balón pegado a los pies. Aquel día ganamos de penalty, lo marcó Gabi, cómo no.

Normalmente, cuando en una eliminatoria, de Copa, a doble partido, contra un equipo de inferior categoría, tienes la suerte de conseguir un resultado positivo en campo visitante y el partido de vuelta es en tu feudo, habitualmente cuando estas circunstancias convergen, quiere decir que tienes grades posibilidades de pasar al siguiente nivel. Si además ese equipo está en pleno proceso de alzamiento psicológico porque los resultados empiezan a ser positivos, la lógica indica que el partido de vuelta, del minuto 90 al 180, deben ser una fiesta de reconciliación entre los elementos sociales de un club de fútbol. A saber: jugadores, cuerpo técnico, aficionados y directiva. En el caso del Real Zaragoza, la comunión con el último de esa lista parece ya imposible, pero los otros tres deberían haber vivido hoy una noche de satisfacción.

Pero ya sabemos de sobras que lo de este equipo no es la lógica. Si Freud se reencarnase pediría hacerlo en la maternidad del Miguel Servet.

¿Qué se puede decir de la pantomima que hemos vivido hoy en la Romareda?. Que se estrenaba Boutahar, que salía Edmilson pero en lugar de en la defensa se ha puesto por delante de ella, que no sabemos por qué hoy hemos jugado 442, con defensa adelantada y en línea, que Diogo y Ponzio han hecho por momentos el ridículo intentando frenar a los extremos del Betis, que Rubén Castro parecía Messi, que Pepe Mel ha tirado de cantera y Gay de Pínter. No hay ninguna razón que explique porque el equipo no ha salido a dormir el partido y cerrar atrás por encima de todas las cosas para tratar de mantener viva la única ilusión que nos quedaba a los aficionados.

Está bien consolarse pensando que la Copa es un estorbo, pero lo cierto es que una parte de nuestra historia que nos duele muy dentro cada vez que nos la niegan. Hoy nos la han negado unos jugadores completamente pasivos y desconcertados y un cuerpo técnico inepto, incapaz de ofrecer variantes tácticas solventes.

El circo empezó pronto, cuando todos creíamos que Iturralde González había pitado una falta a nuestro favor en el medio campo bético. Craso error. Que la grada dude es comprensible, que los jugadores no tengan la tensión suficiente para estar atentos en esa jugada es imperdonable, que de un sólo pase un jugador se quede solo a la espalda de Doblas es improbable y que Contini puntee el balón en línea de gol es surrealista.

Gay le enseñó la pizarra a Gabi en el cambio de Ander por lesión. El técnico madrileño debe de ser de los que nadie quiere de compañero en el Pictionary. Empató Jarosik de cabeza, pero antes del descanso Rubén Castro se llevó la recompensa justa por su juego. 1-2. Fuera de la Copa en 45 minutos.

El Betis con un equipo donde reservó jugadores, movió a su antojo lo que quedaba de encuentro. El Real Zaragoza sólo ensayó los disparos desde lejos pero Casto seguro que para el domingo no tiene que cambiarse de guantes, los tiene a estrenar. Daba igual Braulio y Lafita que Braulio, Marco Pérez y Lafita. En los últimos minutos intentamos tirar de orgullo, pero para tener orgullo hay que tener dignidad y la actitud del equipo esta noche ha sido totalmente indigna. Indigna del Real Zaragoza. Ni la media decena de saques de esquina jaleados con fuerza por los aficionados han valido para equilibrar la contienda. Un solo gol hacía falta para cambiar frustración por ilusión. Imposible. El concepto como pollos sin cabeza es el que más se ajusta a lo que se ha visto hoy en el Municipal.

Se acabó. Adiós un año más. Y van cuatro consecutivos.

Ficha del partido (as.com):

R. Zaragoza: Doblas; Diogo, Jarosik, Edmilson (Pinter, min.62), Contini, Ponzio; Bertolo, Gabi, Boutahar (Marco Pérez, min.76); Ander Herrera (Lafita, min.31) y Braulio.

R. Betis: Casto; Miguel Lopes, Belenguer, Dorado, Nacho; Israel (Juande, min.86), Iriney, Arzu, Salva Sevilla (Beñat, min.70); Rubén Castro y Jorge Molina (Ezequiel, min.78).

Goles: 0-1. min.12. Contini (propia puerta); 1-1. min.15. Jarosik; 1-2. min.36. Rubén Castro;

Árbitro: Iturralde González, del C. Vasco. Amonestó con tarjeta amarilla a Ponzio y Contini, del Real Zaragoza, y a Belenguer, del Real Betis.

Incidencias: partido correspondiente a la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 11.000 espectadores.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Real Zaragoza 3 - Real Mallorca 2. No diga fútbol, diga sufrimiento.

Décima jornada del campeonato del Liga y la Romareda se desperezaba en mitad de una tarde gris, fría y desapacible de noviembre. Mientras Fernando Alonso jugaba su primer match ball para ser campeón en Brasil, el Real Zaragoza intentaba ganar el primer juego de este segundo set.

Su rival el Real Mallorca entrenado por Michael Laudrup, un tipo elegante donde los haya y parte de ese altar de idolillos con borceguíes que tenemos todos los aficionados al fútbol que crecimos con Espinete y Don Pimpón. Sus equipos no tienen su atractivo pero sí la plasticidad y solidaridad que mostraba él en su juego. El Mallorca no es un equipo bonito, es un buen conjunto, con jugadores cuya mejor virtud es la velocidad y la verticalidad. Si a eso le empastas una línea defensiva contundente -incluso dura a veces- y un portero como Aouate, consigues que un club metido en un proceso de concurso de acreedores, retirado de la competición europea por deudas y con unos dirigentes de ida y vuelta habituales de los juzgados, se convierta en uno de los oponentes más complicados de la competición.

Este verano, Webó, se quejaba que en los cuatro años que llevaba jugando para el equipo balear no había recibido su sueldo, su ficha, ni una sola vez a tiempo. Bueno, si no tiene sitio en el Mallorca siempre puede pedir que le hagan una prueba para jugar de ala-pívot en el Vive Menorca, porque está claro que sabe jugarla con la mano. Ciertamente, más bien con el antebrazo que es la parte de su extremidad superior izquierda con la que se ha colocado el balón para fusilar las redes defendidas por Toni Doblas en el minuto 19.

El pesimismo inundaba de nuevo el ánimo zaragocista. Otra vez igual. Hasta entonces el esquema en periodo de ajuste de José Aurelio Gay estaba siendo efectivo para dominar el tempo del partido. La entrada de Ander Herrera por Adam Pintér en la medular pretendía ser la clave para que la iniciativa del balón fuese del Real Zaragoza. Sin embargo, las transiciones rápidas y largas de balón buscando el área contraria lo antes posible hacen de la joven perla canterana un elemento prescindible. Cuando tiene la pelota tiene calidad y le gusta inventar, intentar cosas diferentes, pero con la misma efectividad que un cuchillo de plastilina.

Nos fuimos al descanso con las orejas rozando los hombros, contrariados con nosotros mismos y cabreados con el árbitro. La verdad es que en la reanudación, por el oeste se veían abrirse las nubes y aparecían los ámbares del anochecer pintando el cielo. Pase suavecito y con muy malas intenciones, como a él le gusta, de Ander Herrera para Braulio -una pena que no haya cerrado su gran actuación con un gol- que se encontró con tres señores de camiseta roja y pantalón negro cercándole, media vuelta del canario que rozó el balón lo suficiente para que el oportunismo encarnado en Ángel Lafita equilibrase el marcador. Entre tanto, la defensa Jarosik, Lanzaro, Contini, Diogo y Obradovic -que había sustituido a Ponzio que se fue a visitar al señor Roca-, anduvo jugando al despiste entre ellos, perdiendo el dibujo constantemente ante las entradas por banda de Pereira y Nsue. Fue precisamente el primero de ellos quien colocó de nuevo soga sobre el cuello del zaragocismo. Galopada en solitario dejando en evidencia las carencias de Carlos Diogo y tiro cruzado desde la izquierda para dejar a Toni Doblas sin tiempo de reacción. Ya estábamos otra vez con los pies rozando el borde del cadalso. A punto de caer. El final de esta película ya lo hemos visto demasiadas veces.

En circunstancias normales, la crónica habría terminado aquí, entre lamentaciones por la nueva derrota y mordiscos en la lengua para no sobrepasar los límites de la buena educación. Pero, de repente, se sumó a la partida el "señalado y acusado" Nico Bertolo que, al igual que ocurrió en Valencia, salía sustituyendo a un defensa -Lanzaro- y recomponiendo el sistema en un 442. El argentino decidió correr todo lo que el resto de sus compañeros ya no podían. Gabi y Jorge López se encontraban desfondados por el esfuerzo que conlleva tener que recuperar constantemente la posición por las pérdidas de balón en el medio campo, a la vez que se esforzaban en que los balones llegasen hasta la línea de vanguardia. Y además de correr, Bertolo tiró a puerta, y no sólo tiró a puerta sino que fue entre los tres palos, y no sólo eso sino que su disparo hizo que Aoute volviese a doblar el riñón para rescatar el esférico del fondo de la portería mallorquinista. 2-2, partido nuevo pero escasos diez minutos para pensar que pudiese pasar algo más por mucho que Marco Pérez hubiese entrado por Lafita en busca del gol perdido. De hecho, el sentimiento era de temor por perder el punto que tanto había costado conseguir.

Ya se iban llenando las escaleras de gente hacia la salida del estadio y un silencio espeso y casi molesto se instaló en la grada cuando cronómetro del marcador se apagó. Normalmente no tenemos motivos para darle la razón a Gay, pero hoy sí, hoy tiene razón, este equipo, el Real Zaragoza, nunca se rinde y cuando el reloj ya ni siquiera era parte del partido una jugada a cámara lenta por la banda derecha zaragocista, mientras estábamos más pendientes de que el trencilla señalase el final del encuentro que de otra cosa, el balón llegó a los pies de Gabi y de ahí a las manos de Martí -éstas sí que las vio el trío arbitral a diferencia de las de Ramis-. Puede que el árbitro tardase aproximadamente dos segundos a señalar el punto de penalti. Para los zaragocistas fue una eternidad. Igual de eternos que los tres minutos que tardó el CAPITÁN, Don Gabriel Fernández Arenas, ese señor que luce orgulloso la cuatribarrada en su brazo, en lanzar allá donde Dudu Aoute era incapaz de llegar.

Podríamos decir que no hemos llorado pero mentiríamos y a nosotros no nos gusta mentir. Todavía nos tiemblas las piernas y el aire aun no pasa bien por la garganta. Primera victoria de la temporada y como ha dicho alguien por ahí: gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, Dios por hacerme del Real Zaragoza.

Nos vemos el miércoles en el mismo sitio, en el mismo lugar, en la vieja Romareda primera línea de fuego. Como siempre y sufriendo como nunca.

Ficha del partido (as.com):

R. Zaragoza: Doblas; Diogo, Lanzaro (Bertolo, min.68), Jarosik, Contini, Ponzio (Obradovic, min.46); Jorge López, Gabi, Ander Herrera; Lafita (Marco Pérez, min.78) y Braulio.

R. Mallorca: Aouate; Cendrós, Nunes, Ramis, Ayoze; Joao Víctor; Nsue, Martí, De Guzmán (Tejera, min.79), Pereira; y Webó.

Goles: 0-1. min. 19. Webó; 1-1. min.57. Lafita; 1-2. min.61. Pereira; 2-2. min.79. Bertolo; 3-2. min.94. Gabi, de penalti.

Arbitro: Paradas Romero, del C. Andaluz. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Lanzaro, Diogo y Bertolo y a los visitantes Joao Víctor, Pereira, Webó, Cendrós, Tejera y De Guzmán.
Incidencias: partido correspondiente a la décima jornada de liga disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 21.000 espectadores.

La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez