lunes, 27 de septiembre de 2010

La crónica musical: bulevar de los sueños rotos

Llevamos algunos días de retraso con la crónica musical aunque la canción que os vamos a poner puede servir perfectamente para resumir los últimos partidos de nuestro Real Zaragoza.

Por el bulevar de los sueños rotos...

La crónica. ATLÉTICO DE MADRID 1, PSEUDO-REAL ZARAGOZA 0.

Normalmente, los dichos de la cultura popular son capaces de encerrar la más cruda de las realidades. La crónica de hoy se resumiría en aquel que dice que hay cosas que parecen bolsas, las vuelves del revés y son bolsas otra vez. A este simulacro de equipo profesional que defiende el escudo del Real Zaragoza por mucho que lo miremos de izquierda a derecha, de derecha a izquierda o de abajo a arriba, de arriba a abajo, sigue siendo lo mismo. Un conjunto pobre de ideas y de efectivos, carente de la esencia pura del fútbol que es el gol, renegado de sí mismo y rodando a trompicones en una espiral de autodestrucción.

Cuánto negativismo rondando las mentes zaragocistas. Tal vez no deberíamos ser tan vehementes, al fin y al cabo, en un encuentro donde no pensábamos a priori tener ninguna opción, tan sólo nos llevamos un gol en la mochila. Y tuvimos oportunidades, incluso nos sacudimos ligeramente el complejo de inferioridad en algunas jugadas de la primera parte. En la segunda dominamos, cierto que contra diez, pero el balón fue nuestro. Pero, al igual que el cojo denota su cojera al caminar o que el tartamudo sólo lo es al hablar, el Real Zaragoza se desnuda cuando trata de jugar al fútbol. Ese bonito equipo de laureada historia, con sus trajecitos recién estrenados y las botas relucientes, pierde las formas y se tambalea en cuanto el arbitro pita el inicio. Ni la refrescante presencia de Kevin Lacruz, ni el retorno de il capo Contini, ni las plegarias a María Santísima Virgen del Pilar, consiguieron que pareciese un equipo de fútbol sobre el césped del Vicente Calderón.

Debutó Lanzaro, que ni bien ni mal sino todo lo contrario, intentando dar forma a la banda derecha y Ponzio recuperó un lugar -da igual cuál- en el centro de campo junto a Gabi, Ander y Kevin Lacruz. Después del gol del Atlético -pronto, muy pronto, demasiado pronto-, Leo Franco tuvo que abandonar el terreno de juego pero Toni Doblas le suplió con garantías y demostrando por qué fue una de las figuras más queridas de aquel último ascenso -hace poco, muy poco, demasiado poco-. El gol de Costa, obligó a Gay a conceder una variante táctica, modificando el 4231 inicial por un 442, en el que Lafita acompañaba a Marco Pérez en ataque. Eso y nada viene a ser lo mismo, porque ni Marco Pérez es capaz de ver portería ni el "Minino" Lafita le da profundidad al equipo.

Además, el Real Zaragoza ha decidido también desafiar las leyes de la ciencia demostrando empíricamente de 1+1 no son 2, sino 0. Veáse claro el ejemplo. En el descanso, José Aurelio Gay decide retirar a Lacruz para introducir a Sinama Pongolle. Marco Pérez y Sinama Pongolle. Un delantero más otro delantero, 1+1=0. Pero no contentos con desmontar los principios básicos de las matemáticas haciéndonos suppoters de la nulidad, también desafiamos la memoria de Isaac Newton, siendo el Sr. Pongolle la única persona -que no sólo futbolista- capaz de mandar por encima del larguero un libre indirecto dentro del área. Rizando el rizo, Don Sinama atentó contra la máxima esa que dice que nunca un hombre tropieza dos veces en la misma piedra y en la repetición de esa falta volvió a no aproximarse ni a la portería. Curioso ingenio este Real Zaragoza que no antiende a las leyes convencionales del cosmos ni de la lógica.

Ojalá esta vez la culpa fuese del entrenador. Ojalá decirle adiós sanase nuestras heridas. Pero si en el minuto 60, José Antonio Reyes vuelve a repetir la estupidez de autoexpulsarse frente a Matteo Contini tal y como lo hiciese la Liga pasada, dejando a su equipo con diez, con más de media hora por delante, con todos los efectivos atacantes zaragocistas sobre el campo, introduciendo además a Nico Bertolo quitando un defensa, si aun así lo más peligroso que es capaz de generar este equipo es un tiro desde fuera del área de Jiri Jarosik y acabas sufriendo atrás para parar los envites del Kun Agüero, ahí, querido José Aurelio, la culpa no es tuya. Ni tuya ni nuestra, ni siquiera de los jugadores. Son lo que son, son los que son.

El sábado recibiremos a la Mareona. Viene el Sporting de Gijón. Y estos humildes cronistas le piden a San Judas Tadeo, patrón de los imposibles, palabras para contarlo e ironía para aguantarlo. Se agota el diccionario a la misma velocidad que la paciencia, que ya tiene comprado un nicho junto con su hermana ilusión (DEP hace días).

Ficha del partido (as.com):

Atlético de Madrid: De Gea; Perea, Godín, Domínguez, Filipe Luis; Reyes, Assuncao, Tiago (Mario Suárez, m. 63), Simao; Forlán (Kun Agüero, m. 73) y Diego Costa (Valera, m. 81).

Real Zaragoza: Leo Franco (Toni Doblas, m. 26); Lanzaro (Nico Bertolo, m. 65), Contini, Jarosik, Obradovic; Gabi, Kevin Lacruz (Sinama Pongolle, m. 46); Ponzio, Ander Herrera, Lafita; y Marco Pérez.

Gol: 1-0, m. 20: Diego Costa culmina una buena jugada por la banda izquierda de Filipe Luis.

Árbitro: Muñiz Fernández (C. Asturiano). Expulsó con roja directa a Reyes, del Atlético de Madrid (m. 60). Amonestó a los locales Perea (m. 37), Tiago (m. 45), Assuncao (m. 54), De Gea (m. 58), Kun Agüero (m. 60) y Valera (m. 87) y a los visitantes Ponzio (m. 18), Lanzaro (m. 45) y Contini (m. 90).

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 40.000 espectadores.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Cero

Sonaba L'Albada de José Antonio Labordeta y las palmas desacompasadas de la grada parecían el preámbulo de lo que íbamos a ver en el campo segundos después. Pases a destiempo, carreras estériles, balones a la nada y la maldita mala suerte colgada de la chepa.

Y contra eso, ¿qué hacemos?. Dicen que la suerte también hay que buscarla y en el fútbol eso es una verdad incuestionable. A falta de talento necesitas trabajar hasta que los jugadores asimilen el sistema mecánicamente, la táctica, que cada uno sepa dónde engranar sin desmontar la maquinaria. En ese sentido al Real Zaragoza le faltan infinitas horas de labor para evitar que los extremos cabalguen cual llanero solitario hasta el fondo, mientras los laterales no pasan de la raya de centro de campo, conseguir que nuestros jugadores no choquen entre ellos o que la única posibilidad de ataque sea un balón largo a un único jugador que intente ver puerta, de otra manera la elaboración del juego en la frontal se vuelve tosca e inútil.

Aun así, las gotitas de calidad que tienen gente como Bertolo, Lafita, Ander Herrera o el debutante Kevin Lacruz, sumada a la fuerza de Gabi, nos dejaron con el "¡uy!" en la boca y los brazos levantados cuando el cabezazo cruzado de Nico Bertolo se fue rozando el palo en la primera parte. Al palo contrario al que se lanzó Calatayud -inexpugnable toda la noche- para sacar una buena falta botada por Sinama Pongolle, ese señor que viene a ser como una especie de ente independiente al resto de compañeros, y como él cualquiera de los delanteros que jueguen ahí, que no sabes si van o y si vuelven, si están o se van, que viven en la soledad del niño con el que nadie quiere jugar en el patio del colegio.

No sabemos si eran esas rayas imposibles o si realmente Trezeguet estaba pasado de peso -de lo de Drenthe no tenemos dudas- pero se oyó un murmullo entredientes en el graderío que decía aliviado, menos mal que no ha venido. Porque aunque se llevase el premio gordo el otro día en Barcelona, el Hércules sigue siendo el Hércules, al que le contábamos a la oreja el secreto de que el cuarto no sube -no estaríamos tan lejos nosotros para poder hablarle tan de cerca-. Lo que sí tiene el Hércules es a un tipo como el "Boquerón" Esteban, uno de esos entrenadores que nunca entrenará a la elite pero que siempre tendrá el reconocimiento de los entendidos, un currante de los banquillos que consigue hacer del equipo una homogeneidad y pulirlo para que parezca bonito aunque se tenga que mover en la mediocridad.

Tampoco molestó mucho el equipo alicantino, lo justo para un par de paradas cardiacas de los aficionados pero Leo Franco actuó de desfibrilador. El argentino va ganando confianza después del varapalo del día del Málaga y en el uno contra uno es un auténtico seguro, lo cual está muy bien porque va a ser una situación habitual en su vida zaragocista. Al menos ayer la defensa estaba más asentada, menos desquiciada que otros días, tan sólo Diogo desentonó negativamente en la línea. Está torpe y lento el uruguayo, pero no hay recambio. Jarosik, en la segunda parte, dió solidez y elasticidad al equipo sumándose en más de una ocasión a la medular, además de ser uno de los jugadores más peligrosos en ataque cada vez que subía a rematar alguna falta y corner.

La segunda parte fue prácticamente un monólogo del Zaragoza, no era Sheakespeare, pero teníamos el control y a Kevin Lacruz haciéndose mayor, es uno de esos jugadores que hace mejores a sus compañeros y feliz a la afición. Ahora bien, si además de a la mala suerte, a la falta de calidad y a un rival muy bien guarnecido atrás, también te tienes que enfrentar al señor colegiado, en tal caso dan ganas de alegrarse por el empate a nada. Doble vara de medir en las tarjetas, mala aplicación de la ley de la ventaja e incluso un par de jugadas polémicas en el área de fondo norte. Muy malo.

Casi tan malo como el remate de Marco Pérez. Estamos seguros que con un acompañante ganaría en efectividad y confianza, o -perdón por la maldad- aprendería a ponerse las botas del derecho. Aunque claro, si el muchacho sale a falta de 13 minutos y el acompañante -Braulio- a falta de 5 para el final, pocas o ninguna opción va a tener de desquitarse de los fallos anteriores. Aun así tuvo tiempo de sumar dos errores más, que seguramente hubiesen pasado más desapercibidos si no hubiesen sido en los minutos finales del encuentro cuando todos teníamos los nervios a flor de piel por ver escapar de nuevo la victoria, y también por ver la pasividad del banquillo. Nos faltó un cartel luminoso con lucetas de color: "¡Gay, haz cambios!". No debemos de ser muy buenos con lo de la telepatía porque no conseguimos que reaccionase hasta el minuto 77. Inaudito. ¿Acaso nos valía el empate? No.

El domingo vamos al Calderón. Siempre es bonito jugar en aquel campo aunque metiríamos si dijésemos que tenemos alguna esperanza de sacar los 3 puntos. El lunes será otro día.

Ficha del partido (as.com):

Real Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Jarosik, Contini, Obradovic; Gabi, Kevin Lacruz; Lafita (Braulio, min.86), Ander Herrera, Bertolo (Boutahar, min.83); y Sinama Pongolle (Marco Pérez, min.77).

Hércules: Calatayud; Cortés, Abraham Paz, Pamarot, Peña; Fritzler, Abel Aguilar; Rufete (Kiko Femenia, min.74), Tote (Tiago Gomes, min.66), Drenthe (Sendoa, min.83); y Trezeguet.

Arbitro: Iglesias Villanueva, del C. Gallego. Amonestó con tarjeta amarilla a Obradovic, Ander Herrera, Kevin Lacruz y Lafita, del Real Zaragoza, y Abraham Paz, Tiago Gomes y Fritzler, del Hércules.

Partido correspondiente a la cuarta jornada de liga disputado en el estadio de La Romareda ante unos 18.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento del cantautor aragonés José Antonio Labordeta.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Racing de Santander 2-0 Real Zaragoza. Del carácter y otras ausencias.

Si tienes que escribir la crónica de un partido y el hecho de que desconozcas lo que sucedió durante un tercio del mismo es irrelevante, es que algo no marcha bien. Hay un problema. Y no me refiero al que tenía el dueño del bar para contratar el PPV y que a pesar de depositar nuestra confianza en él, a la media hora decidiésemos buscar otra tasca con televisión. No, eso da igual, me estoy refiriendo al silencio espeso que se mezclaba con el humo en el local, las ancianas miradas escépticas, el mohín decepcionado, tantas sensaciones y ninguna buena que flotaban en el ambiente.

Que suene La Albada de José Antonio Labordeta en Santander y la gente la respete y la aplauda, tiene que levantar el espíritu de cualquiera. El nuestro estaba en pie desde la madrugada. Luego, cuando ves a Leo Franco, Contini, Jarosik, Diogo, Obradovic, Edmilson, Sinama Pongolle, Nico Bertolo... te preguntas, ¿y quién le va a dedicar un gol?, ¿Lafita?, ¿Ander?, mientras en el interior la desazón de pensar ¿qué saben ellos de lo nuestro?. No se por qué, pensamos en el capitán, en Gabi, y un gol suyo como mejor homenaje, él que es de Madrid, pero es que igual no es una cuestión de banderas si no de carácter.

Cierto es que hubo gol de Gabi, tan cierto como la inexplicable falta -o agresión- que sancionó el colegiado a Ander Herrera y dejó sin validez el soberbio zurriagazo del Sr. Fernández. De la misma dudosa honestidad que los innumerables fueras de juego... Bueno, innumerables tampoco, dos o tres, que no era cuestión de desgastarse al contragolpe, ni tampoco en la elaboración, ni en defensa. El objetivo de los chicos de Gay ayer parecía ser no cansarse demasiado. Había rumores de que se pudiese anular el encuentro por incomparecencia del Real Zaragoza. ¿Dónde andaban?. Metidos en el partido desde luego que no.

Encerrados atrás, replegaditos sobre los dominios de Leo Franco -el mejor del equipo-, observaban los leoncitos la escasa calidad futbolística, las limitaciones técnicas del Racing de Santander, que a fuerza de voluntad les iba ganando terreno a unos jugadores que en el minuto 70 ya habían bajado los brazos y la mirada. Si es que en algún momento los levantaron. Parece que sí, que la salida de Boutahar y Pintér, nuevos en el gallinero, daba algo de vidilla, incluso hubo quien se pidió otra cerveza para celebrar los buenos augurios que presagiábamos... Nada. Tristeza y cabeza gacha incluso antes de encajar los dos goles consecuencia de terribles fallos defensivos. Cuando vimos a Marco Pérez sólo delante del portero hubo quién exclamo "¡no lo va a meter!". No era mala idea, ni recochineo, era la voz de la experiencia de un optimista bien informado.

Con un centro de campo desdibujado, un ataque romo y una defensa inconsistente es difícil creer en este equipo. Si ni siquiera José Aurelio Gay mantiene la fe y el ánimo, ¿qué será de nosotros, pobres mortales?... Será que seguiremos, será que no reblaremos, será que somos polvo, niebla, viento y sol sobre el desierto de La Romareda.

Busca buen asiento en la grada del cielo, Labordeta, que seguro que la cosa mejora. Hasta siempre.

Ficha del partido (diario as):

Racing de Santander: Toño; Francis, Henrique, Torrejón, Cisma; Kennedy (Rosenberg, min 65), Colsa (Diop, min 72), Tziolis, Arana; Munitis (Adrián, min 72) y Ariel.

Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Jarosik, Contini, Obradovic; Edmilson (Pinter, min 60), Gabi; Lafita, Ander, Nico Bertolo (Boutahar, min 60); y Sinama (Marco Pérez, min 75).

Goles: 1-0, min 71. Henrique. 2-0, min 90. Ariel.

Árbitro: González González (comité castellano-leonés). Mostró cartulinas amarillas a Sinama, Jarosik, Ander y Edmilson por el Zaragoza y a Colsa por el Racing.

Incidencias: Partido de la tercera jornada de la Liga de Primera División, disputado en los Campos de Sport de El Sardinero ante 13.475 personas. Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Antonio Labordeta.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Real Zaragoza 3 - 5 Málaga CF. Decepción en la Romareda.

La verdad es que hoy es un poco marrón escribir la crónica. Además de la decepción sufrida durante el partido, la que sabe escribir de este tándem croniquero está de baja por lesión y no ha entrado en la convocatoria. Así que me toca a mi decir qué ha pasado en el partido. Por lo pronto, empezaré diciendo el resultado: 3 a 5. El último 3 a 5 que recuerdo en la Romareda fue aquel del "Ha sido el 6", aunque este partido no se ha parecido en nada a aquel.

Había ganas de fútbol en la Romareda, por lo menos en nuestro entorno. La buena imagen del partido de La Coruña debía quedar refrendada hoy en el campo, un tanto vacío. O menos lleno, depende del prisma con el que se mire. El estrambótico fin del mercado de fichajes daba paso al estreno liguero en la Romareda. Y en 1 minuto se ha estropeado todo. Un sólo minuto ha bastado para que volvieran los nervios. Y un par de minutos más para ver la estatua de Franco en el segundo gol.

0 a 2 y absolutamente deconcertados. Y entonces comenzamos a jugar, con buenas combinaciones de Bertolo, Ander, Gabi o Jorge López. Pero como ha dicho nuestro portero a la tele, "venían y marcaban, venían y marcaban, venían y marcaban...". Sin darnos cuenta, 0 a 5 en el 35 -y el que quiera que haga el chiste-. Y Gay solo había hecho un cambio, Sinama por López, quien había tirado a puerta más veces que nuestro joven e inexperto delantero centro.

En 35 minutos se ha batido el récord absoluto de goles encajados, en casa, en menos tiempo de toda la historia de la Liga. Si es que cuando nos ponemos, nos ponemos. Medias tintas, nunca. Somos el Real Zaragoza. Antes de terminar el desastre de primera parte, Edmilson, que ya había tirado al palo, marcó un golazo que dejaba el marcador 1 a 5. Y al vestuario.

La segunda parte fue muy constante. Prácticamente se jugó igual los 45 minutos. El Zaragoza atacaba, pasito a pasito eso sí, y el Málaga, andando, creaba cierto peligro. Pero nuestros fueron los dos goles que hubo. El primero, un disparo raro de Marco Pérez que entró llorando tocando el palo. Y el segundo, un disparo fuerte de Ander tras una buena jugada del equipo. Y poco más. Salió también Kevin al campo, como en aquel debut en Sevilla: con todo el pescado vendido.

Porque realmente no hubo espíritu de remontada. Ni en el equipo, ni en la grada, ni en el entrenador, que ha confesado en la tele que les dijo a sus chicos en el descanso que ganaran la segunda parte... porque para qué iba a decirles que empataran si era casi imposible. Eso explicaría también que acabaran el partido con los 4 defensas. He aquí el manual de cómo no se debe remontar un partido.

No merece mucho la pena hacer un análisis jugador por jugador, sobre todo de los nuevos, ni incluso del entrenador. El partido se ha perdido cuando nos han metido el tercer gol, un error de bulto de Leo Franco cuando mejor estabamos jugando y que ha desplomado las pocas posibilidades que teníamos... que alguna había, puesto que quedaba mucho partido todavía por delante y 2 goles se pueden remontar.

Ahora, a esperar el partido del Racing, que está colista con 0 puntos y suponemos que tendrá ganas de puntuar. ¿Veremos cambios en la alineación? ¿Doblas? ¿Debutarán alguno de los nuevos fichajes? El domingo lo sabremos.

Ficha del partido (Diario AS):

R. Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Jarosik, Contini, Obradovic; Gabi, Edmilson (Kevin Lacruz, min.73); Jorge López (Sinama Pongolle, min.36), Ander Herrera, Bertolo (Lafita, min.58); y Marco Pérez.

Málaga: Galatto; Jesús Gámez, Stardgaard, Weligton, Mtiliga; Fernando, Juanito, Eliseu (Luque, min.82); Owusu-Abeyie, Juanmi (Edu Ramos, min.78) y Edinho (Rondón, min.61).

Goles: 0-1. min.1. Fernando; 0-2. min.8. Juanmi; 0-3. min.28. Fernando; 0-4. min.30. Juanmi; 0-5. min.34. Owusu-Abeyie; 1-5. min.41. Edmilson; 2-5. min.68. Marco Pérez; 3-5. min.82. Sinama Pongolle.

Árbitro: Mateu Lahoz, del C. Valenciano. Amonestó con tarjeta amarilla a Diogo y Contini, del Real Zaragoza, y a Stadsgaard, Jesús Gámez y Juanito, del Málaga C.F.

Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de liga disputado en el estadio de La Romareda ante unos 21.000 espectadores.

La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez