La sangre huye de mis venas y entra aire en ellas. Las manos son confesas de la locura escrita por mi alma rota de amor, vencida de hipocresía.
¿Y de qué me sirve vivir? Si el cansancio me empuja a dormir en el sueño profundo, en la muerte con su frío seno.
Morir y dejar vacío el espacio para que otro ocupe mi lugar, para que otra ocupe mi corazón.
¿Y de que me sirve vivir? Si hoy estoy tan sola como ayer, tan solo que mañana ni el sol querrá amanecer para mí.
Y la luna escuchará mi voz suplicando su hechizo y en ella veré sus ojos, los de él, reflejados y querré vivir.
¿Y de qué me sirve vivir? Si es solo reflejo lo que tengo y mis labios los que le mintieron por no saber amar midiendo el calor de las caricias.
¿Y de qué me sirve vivir? Si en el atardecer era suya y al despertar no estaba a mi lado. Las sábanas estaban frías y mi almohada mojada. Llenar los océanos de lágrimas no fue, ni será, suficiente.
De qué me sirve llorar hoy por lo que no he sabido retener ayer.
Y se aleja, se aleja la noche en la que quise morir por él, la noche del sortilegio de Venus en la que la soledad de mi pecho vació mis manos de esperanza, se despojaron del pesado lastre para poder volar más alto que las nubes y olvidar que soy mortal.
Se aleja dejando una estela oscura azabache amarrada al pasado, a mi pasado, para que lo recuerde en mi presente y en el futuro no lo olvide, para que muera aprendiendo a amar.
domingo, 10 de junio de 2007
¿De qué, para qué?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Ya estoy aquí, cariño. :-)
por cierto... me encanta esa foto. :-)
Publicar un comentario