domingo, 1 de junio de 2008

Diario de a bordo. Días 12º y 13º.

Los últimos dos días, con la resaca de la fiesta, a penas he tenido tiempo para contar los avances. No ha habido muchos, un par de millas más lejos que antes.

Eso sí, de momento se han escondido los botes salvavidas y que los que estaban chapoteando con los pies en el mar mientras planeaban su fuga, se han pues en pie e incluso les he visto recoger metros y metros de soga y compadrear con algunos marineritos.

El nuevo Comandate parece un tipo majo y nos tiene a todos impacientes, esperando ver hacía qué punto cardinal se extiende su brazo, -"¡por allí!"-. Su mirada transmite tranquilidad y seguridad a la vez que su gesto sencillo y sincero te hace sentir en paz contigo mismo, sus manos encierran la humildad del que se divierte con su trabajo y hace placer la obligación. Al menos así vemos ahora a ese pequeño hombrecillo que acaba de llegar y todavía no nos ha presentado a nuestros nuevos compañeros y que aun no ha mandado colgar a nadie.

La soga sigue tendida del palo mayor y la aguja magnética de la brújula todavía no ha centrado el rumbo. Seguimos dando vueltas en un torbellino más grande que nosotros, agarrando el estómago desde las entrañas y con el corazón anestesiado.

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La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez