lunes, 8 de diciembre de 2008

Las cosas como son.

Vamos a darle otra vuelta a la radiografía para ver si encuentro el prisma adecuado. Despacito y buena letra para que se me entienda.

El sábado hubo derbi, después de 58 años el Huesca volvía a La Romareda. De nuevo en segunda. El Zaragoza ha jugado 54 de sus 76 años de historia en primera división.

El Huesca tiene un muy buen conjunto para la segunda división que ha ido forjando en los últimos 3 años, con la ayuda de las buenas relaciones con el Real Zaragoza y su cantera. Su fútbol es elegante y definido. Sin embargo, ví poco de eso y mucho de pillería -por llamarlo de alguna manera- la otra tarde en el municipal.

La afición oscense vivió el sábado el partido de mayor envergadura competitiva de toda su historia. Enhorabuena. El tiempo y las noches de frío templan mucho el ánimo.

Mientras tanto, la nuestra se sigue perdiendo en una esquizofrenia sin sentido sin saber qué decir, qué hacer, cómo reaccionar. Pero somos más y de los olés del otro a meterles el miedo en el cuerpo, del 0-2 al 2-2, la diferencia somos nosotros, nuestras voces, la misma diferencia que mandó a las nubes el penalti del Eibar.

Mucho o poco dinero pienso que El Corte Inglés no tiene pérdida y que todos sabemos dónde está. Ni yo he crecido ni los tejados han menguado y 70 kms y una autovía no es suficiente espacio excluyente ni convierte a nadie en más paleto que al de aquí.

El sábado se perdió la oportunidad de una fiesta, de ver buen fútbol, de divertirnos y disfrutar. Los excesos del novel y la amargura de un descenso hicieron del sábado una sombra rara que algunos se empeñan en alargar.

Pena y decepción. Ni Huesca es un barrio ni nosotros una megalópoli absorbente.

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La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez