Dicen que es fuerte, que tiene experiencia y que sabe navegar por aguas turbias, que no se achanta a la hora de mantener firme el timón y dar la orden de avance. Se llama Antonio, Antonio Hidalgo, y ha ido de norte a sur trabajando de jornalero en cada barco. Creo que será un buen compañero, aunque, la verdad, no se cómo le acogerán los que llegaron antes que él, los que se quedaban y ahora se van.
Hoy toca revista, todos los ratones y ratas de la bodega que suban a cubierta. Recuento y recomendación. Mañana, si quieren saltar que salten, si quieren irse que se vayan. Si se quieren quedar, que agarren los mochos y los cubos de agua con jabón y se pongan a trabajar. Si no les gusta su propio infierno, menos nos gusta a los que entramos en esta espiral de su mano. Más odiamos el fuego y el fango los que nos mantuvimos en el frente hasta el último minuto.
Los mapas ya están en el camarote del Comandante, la travesía es ya cosa suya. Nosotros hemos mantenido el barco a flote hasta aquí. Ahora les toca a ellos, a los de galones y escuela militar. Ya somos sólo el contrapeso que hará que nunca nos hundamos.
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