Hace tiempo que no leía nada tan bonito sobre nuestro Real Zaragoza.
Gracias a la Ronda y perdón por el agravio de la actuación del 75 aniversario.
Carta para el 75 aniversario del Real Zaragoza
La grada norte, los Pirineos; la grada sur, las sierras de Teruel. ¡Y aún hay quien dice que el Zaragoza tiene un campo pequeño!
Pues pequeño será, pero con esa inmensidad de las cosas más grandes, la que no da el tamaño.
Pequeño como la mayor de las derrotas si no te hace perder la dignidad. Pequeño como el punto que nos dio la permanencia, o aquel último segundo de partido –tictac y el balón volando por la estratosfera- que nos abrió las puertas de la gloria.
Pequeño como esa casa en la que sin ser grande nadie sobra y para todos se abren las puertas. Pequeño como este pequeño país. Pequeño como el corazón, donde todo cabe.
A nuestro Aragón le late esta noche en el centro del pecho una Romareda, le laten con el latido de las grandes noches, con el orgullo de la tronada y la rasmia de un redoble de bombos y tambores, miles de corazones -75 años de miles de corazones- unidos como uno solo. Como tantas noches -75 años de noches aún dan para un rato, para algunos ratos inolvidables-, a esta tierra le late Zaragoza, nos late el Real Zaragoza en el corazón.
En el ventrículo izquierdo, Huesca; en el derecho, Teruel. “Al norte, los Pirineos; al sur, las sierras calladas”. Grada norte, grada sur -“pasa el Ebro por el centro…”- y entre las dos, ¡un país!
Nunca olvides, Zaragoza, donde juegas.
Nunca olvides por quién.
La grada norte, los Pirineos; la grada sur, las sierras de Teruel. ¡Y aún hay quien dice que el Zaragoza tiene un campo pequeño!
Pues pequeño será, pero con esa inmensidad de las cosas más grandes, la que no da el tamaño.
Pequeño como la mayor de las derrotas si no te hace perder la dignidad. Pequeño como el punto que nos dio la permanencia, o aquel último segundo de partido –tictac y el balón volando por la estratosfera- que nos abrió las puertas de la gloria.
Pequeño como esa casa en la que sin ser grande nadie sobra y para todos se abren las puertas. Pequeño como este pequeño país. Pequeño como el corazón, donde todo cabe.
A nuestro Aragón le late esta noche en el centro del pecho una Romareda, le laten con el latido de las grandes noches, con el orgullo de la tronada y la rasmia de un redoble de bombos y tambores, miles de corazones -75 años de miles de corazones- unidos como uno solo. Como tantas noches -75 años de noches aún dan para un rato, para algunos ratos inolvidables-, a esta tierra le late Zaragoza, nos late el Real Zaragoza en el corazón.
En el ventrículo izquierdo, Huesca; en el derecho, Teruel. “Al norte, los Pirineos; al sur, las sierras calladas”. Grada norte, grada sur -“pasa el Ebro por el centro…”- y entre las dos, ¡un país!
Nunca olvides, Zaragoza, donde juegas.
Nunca olvides por quién.
... ¡Aragón y Zaragoza!, ¡Zaragoza y Aragón! El alma cuatribarrada y blanquillo el corazón.
No olvides nunca por quién.
La Ronda de Boltaña. Septiembre de 2007
1 comentario:
La verdad es que la Ronda está haciendo cosas realmente sentidas, y lo que es mejor, sin que nadie se las encargue.
Bravo por ellos. :-)
Publicar un comentario