Hace unas semanas estuve jugando, junto con unos amigos, a un juego simple pero bastante entretenido.
Consistía en apilar una serie de piezas rectangulares hasta formar una torre uniforme y sólida. Luego, por turnos, se iban sacando las piezas. Era imprescindible medir cada movimiento ya que, según avanzaba la partida, había más vanos en la torre y los pisos se iban debilitando, la estructura se retorcía y tambaleaba cada vez que probábamos a quitar uno de aquellos pequeños bloques de madera. Cuando intentabas sacar alguna que no estabas seguro fuese a desestabilizar el conjunto, tratabas de volverla a meter en su lugar, pero no era lo mismo.
La tensión aumentaba conforme las piezas se eliminaban. Al final, alguien quitaba el punto de apoyo y todo se venía abajo.
Ayer domingo, estuve viendo entre amigos el Real Valladolid-Real Zaragoza, y entre las risas, los comentarios, las jugadas polémicas, el ha sido o no ha sido, pasamos un buen rato a pesar del fútbol famélico y del empate, que del mal el menos puesto que lo importante es sumar.
Sin embargo, cuando veo a mí Real Zaragoza no puedo evitar tener la imagen mental de esa torre vacilante a la que se le van eliminando elementos, que se le dan pequeños toques para que no caiga, esa a la que se le tratan de volver a poner las piezas alineadas para que resista un poco más.
No hay criterio de equipo que forje una confianza fundada en el trabajo, sólo la fe y la fuerza de voluntad coyuntural nos salvan de los desastres. El entrenador, José Aurelio Gay, sigue sin definir un esquema que de solidez al juego, y me recuerda más a selecciones como la rusa o la ucraniana que hicieron hace unos años de la anarquía una virtud que les permitió hacer buenos papeles en las competiciones en las que participaron. Pero nosotros no tenemos a Shevchenko para que nos resuelva los partidos con genialidades.
Carecemos de base y hemos centrado nuestras expectativas en siete jugadores que están de paso, y que la afición lo haga no tiene ningún peligro, que el entrenador y la directiva piensen que eso es bueno es temerario.
El objetivo único es mantenernos en primera y por eso andamos aguantando la respiración para que no se menee nada más. Pero la partida siempre acaba igual, ¿quién quitará la última pieza?...
lunes, 15 de febrero de 2010
Encajando las piezas.
Publica Mari A las 17:31:00
Etiquetas: Pensando, Real Zaragoza
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5 comentarios:
Vamos Angel no seas negativo, el real zaragoza se queda en primera seguro, ya lo veras, y si quieres nos jugamos una comida ?? ciao, una brazo.
Bueno,
es más precaución y análisis crítico que pesimismo.
Por cierto, que el post no lo he escrito yo, lo ha hecho Mari Luz y suscribo lo que dice punto por punto.
Yo también creo que nos salvaremos, pero mejor con los pies en el suelo... pasito a pasito y cogiendo confianza poco a poco ;-)
Yo acepto la comida! XD
Evidentemente este año la salvación es el objetivo único y máximo, pero en este caso mi análisis va más allá, ¿qué pasará después? no hay base para crecer, tendremos que empezar de cero.
Y tampoco sabemos cómo pueden reaccionar una serie de jugadores, cuyo compromiso es temporal, si las cosas se tuercen de aquí a final de temporada.
No es pesimismo, es incertidumbre ;)
bueno primero, tengo que decir que no puedo con vosotros, teneis tantos datos de primera que yo no conozco :-),despues disculpas por la equivocacion en el autor del post, y por supuesto si el Real Zaragoza se queda en primera me pagais una comida, :-) ciao.
bueno primero, tengo que decir que no puedo con vosotros, teneis tantos datos de primera que yo no conozco :-),despues disculpas por la equivocacion en el autor del post, y por supuesto si el Real Zaragoza se queda en primera me pagais una comida, :-) ciao.
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