Lo cierto es que leyendo ciertas informaciones a cerca del encuentro de ayer entre el Real Zaragoza y el Espanyol, uno tendría la impresión de que estuvo en un campo distinto al que describen los cronistas.
Nunca estuve de acuerdo con los extremos y ésta es tierra de extremos. Y en esas está nuestra prensa deportiva, del desierto a las nieves perpétuas. Andamos entre los que colocarían a Víctor Fernández en lo alto de una grúa (a las que tan acostumbrados estamos los zaragocistas ultimamente...¿cuándo finalizaban las obras?) dispuestos a usarlo como piñata y los que piensan que el de ayer fue un buen partido...
Pues no, lo cierto es que no, no fue un buen partido, no puede serlo un partido en el que en 15 min tu equipo se deja encajar tres goles, no puede ser un buen partido aquel en el que tu "organizador" se autoexpulsa al inicio de la segunda parte. Jamás será un buen partido aquel en el que el entrenador se queda sin recursos hasta el último tercio de partido. No es un buen partido aquel en el que se remonta a base de que dos o tres jugadores (de once!!!) se desfonden: Paredes, Milito, Zapater... Imposible ver un buen partido cuando la defensa de tu escuadra se comporta como la de un equipo filial, temerosa y descordinada. Los partidos empiezan en el minuto 1 y no en el 80. Y no se puede llamar heróico a lo que nace de la vergüenza. No debemos confundir entre esfuerzo y deber, ayer el Real Zaragoza no hizo un esfuerzo, simplemente cumplió con su deber.
Y tampoco. Tampoco es un terrible entrenador aquel que le ha dado los mayores triunfos al escudo que lleva engarzado tu camiseta y tu corazón. Cuando menos se merece respeto y no tratarlo como a un entrenador "sin categoría"... aunque tal vez el defecto no venga en el criticado si no en quien critica.
Ni todos moros, ni todos cristianos. Eso sí, zaragocistas siempre.
lunes, 10 de diciembre de 2007
El pundonor de la vergüenza
Publica Mari A las 21:16:00
Etiquetas: depre, Pensando, Real Zaragoza
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