Soñando que sueño... (cuestión de sentimientos)

El verano de 1996, con 15 años, cogí todos mis ahorros, y cuando digo todos son todos -estaban en una caja de zapatos donde todas las semanas metía parte de la propina-, y me acerqué a las oficinas del Real Zaragoza, que como todos sabeis por aquel entonces estaban en los bajos del Estadio Municipal de La Romareda, junto a los vestuarios. Me acompañaba mi madre, junté todos los billetitos y pagué mi primer abono, me sentaría junto a mi hermano pero eso él no lo sabía.
Luego Victor se fue, Otto Konrad no paró la falta del Sporting, Catanha pidió perdón a la grada en el último partido...y me quedé sola, sola en mi asiento, el que lo fue durante 9 años. Le metimos un día 3 al Barça, otro bajamos a segunda, otro casi ganamos una liga...tantos recuerdos como minutos, tantos regates como jugadores y el caño de Cani a Bogarde.
Hace dos años los ahorrillos no daban para más y tuve que irme de la Tribuna Gol Norte y desde entonces comparto los partidos con Laura, Kike, Merce y Fer, cuando la niebla no te deja ver el partido siempre tienes alguien con quien compartir la manta y cuando el sol de antes del solsticio nos ciega montamos nuestra playa particular.

Con un escudo, unos colores y una promesa de lealtad eterna, con ellos comparto mis domingos desde hace 11 años. He llorado, he reido, bostezado, soñado, gritado, sufrido, saltado, animado... pero en este tiempo es el primer verano que me alimento de ilusión.
Gracias Agapito, o a quién sea, pero gracias.

Real Zaragoza Siempre.