viernes, 15 de junio de 2007

Puzzle

Ayer, mientras me acaba mi café de media tarde, el café solo con un chorrito de leche, medio sobre de azúcar y mezclado con hielo, sentada en la terraza de la cafetería del parque, estuve pensando en lo que me dijo la otra mañana...

"Está loco. Esta sistuación es insostenible. Siempre va de víctima y acabo yo pagando los platos rotos. Nos monta el lío, nos enfrenta y siempre acaba siendo el bueno. No puedo más. Por mucho que sea mi cuñado, por mucho que sea el padre de mi ahijada. No puedo más. Voy a tener que actuar"

Las broncas entre María y su marido, Rafa, eran habituales, de hecho ninguno de los vecinos del bloque nos extrañábamos cuando del otro lado de la pared se oían gritos, insultos y algún que otro cristal roto. Por eso, y porque ciertamente su cuñado era un tipo peculiar, aquella conversación con ella tampoco me había preocupado más hasta ahora. Creo que ver tantas parejas a mi alrededor disfrutando de los primeros rayos de sol del verano sobre el cesped, me ha hecho recordar cuando llegaron de recién casados a la puerta de al lado "hola, soy María, y él es Rafa, mi marido". De eso hacía a penas un año.

La impresión que tuve al conocerlos fue algo extraña. Por un lado, la sensación de ver por primera vez a las personas que a partir de ese momento iban a compartir conmigo la información meteorológica del día, e incluso un poco de sal. Por otro lado, esa sensación de falsa felicidad que emanaban. María, con su sonrisa forzada y temblor en los brazos. Rafa, con su exceso de seguridad y aire de superioridad. Algo no cuadraba en aquella postal.

De lo que vino después, recuerdo las risas de María cuando le visitaban sus amigas, los largos silencios en la noche, aquella mañana que me la crucé en la escalera y me comentó radiante "¡estoy embarazada!". Desgraciadamente también recuerdo los sollozos tras el primer portazo y el día que volvieron del hospital cuando le practicaron el aborto.
Pero lo que sin lugar a dudas se había quedado en mi mente era la primera visita de su cuñado a nuestro edificio. Marcos era un personaje extraño, tendría unos treinta años, era bastante alto y corpulento, incluso atractivo, le gustaba vestir bien y ese delicioso perfume afrutado e intenso que usaba impregnaba por completo la escalera cuando venía. Sin embargo había algo en su mirada, en sus gestos que te hacían desconfiar. Claro, eso no lo aprecié antes de...

...darme cuenta que me había enamorado de él. En aquella fiesta que organizó María, cuando comunicaron la feliz noticia del embarazo, empezó a fraguarse todo. La música era perfecta. Brian Setzer y su ritmo endiablado amenizaba las estériles conversaciones de los vecinos y amigos. Cóctel en cantidades excesivas. Un vestido rojo elegido para la ocasión. En ese punto, Marcos entró por la puerta y el resto de la historia se escribió como un guión de serie B americana.
Definitivamente había bebido demasiado. Lo decidí cuando saliendo del baño no atinaba a acabar de desenroscar el vestido de mis caderas y al levantar la cabeza ahí estaba él, con su media sonrisa y esa mirada profunda en color negro. En una situación tan embarazosa no acerté más que a decir "hola, lo siento", y todavía no entiendo muy bien por qué pedí disculpas, pero ahí estaba yo, manteniendo a duras penas el equilibrio sobre aquellos infernales tacones, intentando acomodar mi pelo con una mano mientras con la otra estiraba la parte de abajo de mi vestido rojo, la cara enrojecida por haber permanecido algunos segundos con ella boca abajo y un cerco negruzco en mis párpados que estimo no me daban un aspecto muy "saludable". Y enfrente aquel hombre, el hermano mayor de Rafa...

5 comentarios:

Mari dijo...

Por si tienes alguna duda de lo que es esto, consiste en que tú cojas esta entrada y la continues...y luego y luego tú y así y tal pascual, ok?

Ángel dijo...

jijiji!
qué guay!
hala, a ver por dónde sales!
:P

Mari dijo...

genial!
estoy puede dar mucho juego: un dramón, un pastel, una policiaca...lo que queramos

Ángel dijo...

bueno, en un momento le meto caña!

Ángel dijo...

Pedazo de historia nos estamos clavando. :-)

La Boba de Nico v2.0 - Octubre de 2007 © Srs. Ló-Sánchez